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A mis majestades

A mis majestades

Comenzaba el despegue del avión y podía ver la perspectiva de la ciudad asiática en la que acabamos de pasar unos días de vacaciones con unos amigos valencianistas. Fueron unos días fenomenales, en los que pudimos ver cómo se había desarrollado y expandido la pasión por el Valencia en las ciudades que visitamos.

Era una autentica locura. Las personas en los centros comerciales no paraban de ir de un sitio a otro con bolsas conteniendo recuerdos y camisetas del equipo. Los taxis llevaban el escudo en sus laterales. Los restaurantes ofrecían las exquisiteces de la comida de nuestra tierra. Los carteles luminosos de las calles estaban nutridos de fotos de los jugadores. Había miles de campos de entrenamiento en los que se explicaban las directrices deportivas y los métodos exportados desde Mestalla. En definitiva, el equipo estaba creando una tendencia reconocida y envidiada en todo el mundo. La pasión, en Asia sobretodo, era enorme.

El viaje estaba siendo muy cómodo y reconfortable, cuando oímos la voz de la azafata que nos anunciaba la proximidad al aeropuerto de Manises. En eso, asome la cabeza por la ventanilla y pude ver en la carretera a Ademuz una luz intensa. Era como un ovni iluminado en el que había multitud de gente y en el que se estaba jugando un partido de fútbol. Era la final de la Champions. Y la estaba jugando el Valencia. No pude ver bien el rival, pero era lo de menos. El campo estaba lleno de banderas valencianistas y en el palco pude ver a la mayoría de personas relevantes de la ciudad.

Había también muchos extranjeros, pero se unían al fervor que había despertado el Valencia. Yo pregunté a mi amigo ¿ Cómo ha podido el club llegar a tal grandeza? Mi amigo me dio algunas de las claves: Mira, el equipo está en lo alto porque tiene una gran fidelización con todos los seguidores, hay un gran sentimiento de pertenencia porque hay muchos jugadores de la terreta, tiene una gran estructura en todos los estamentos, y personas cualificadas en todos los puestos. Todos los movimientos deportivos nunca se dejan a la improvisación y son siempre meditados y consensuados. Los jugadores quieren quedarse en el club, y si salen es porque el club saca un buen rendimiento económico.

Además, no hay problema porque cada jugador que entra es superior al que sale. Y si hace falta algún ingreso extra, el dueño siempre está ahí. En persona o bien representado.

Los patrocinadores no paran de llamar al club porque todos quieren participar de esa grandeza. Ademas, hay personas supercapacitadas en esas tareas que sacan un gran rendimiento económico a los atípicos. En definitiva, actitud y aptitud máximas en todas las áreas. Se cogieron ejemplos de clubs importantes europeos y los hemos dejado empequeñecidos. Gracias a todos aquellos que hicieron posible este cambio. Algunos fueron condecorados. Otros aclamados.

En esto noto un ruido fuerte. Me despierto y era el chasquido de las ruedas del avión al aterrizar que me había despertado. Pobre de mi, toda esa grandeza que me estaba deleitando era un sueño. Volví a la cruda realidad al dar un repaso al periódico local. Cuando conté el sueño a mis amigos, no se lo podían creer y me dijeron: Ojalá algún día todo eso sea una realidad y veamos de nuevo al Valencia en lo más alto. Yo, por si acaso, escribiré mi carta a los Reyes Magos por si ellos pueden darme ese regalo.

Feliz Año Nuevo a todos.

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