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Técnicos

Almas gemelas

Marcelino y Simeone comparten un concepto futbolístico similar, actúan prácticamente de mánagers y son los líderes de sus vestuarios

Almas gemelas

Marcelino García Toral y Diego Pablo Simeone son dos gotas de agua. Los entrenadores del Valencia CF y el Atlético de Madrid, que se enfrentan el próximo sábado en Mestalla, acumulan una serie de coincidencias, tanto en los estrictamente técnico, como en el carácter y en la forma de llegar a ambos clubes. El asturiano y el argentino tienen un concepto futbolístico bastante próximo y comienzan a construir sus equipos desde la defensa. Cada uno con sus peculiaridades no conciben el fútbol sin una retaguardia sólida y solo con una muralla defensiva saben que han ganado muchos enteros para formar un equipo fuerte.

Además, tanto Marcelino como el Cholo tienen un temperamento fuerte, una personalidad muy definida y un carácter ganador que saben imprimir a sus jugadores, tanto en los entrenamientos como en los partidos.

Por este temperamento los árbitros les han pasado factura ya han sido expulsados varias veces.

Han revertido malas dinámicas

Ambos han llegado a sus clubes en horas bajas: Marcelino tiene la misión de enderezar el rumbo de un Valencia CF que lleva dos temporadas fuera de Europa y merodeando por la parte baja de la clasificación. Simeone aterrizó en el Atlético de Madrid en diciembre de 2011 tras la destitución de Gregorio Manzano para coger un equipo desnortado. A partir de ese momento los rojiblancos sufren un cambo radical y el gen ganador del técnico argentino se contagia a su plantilla: una Liga (2013-14), una Copa del Rey (2013), una Europa League (2012), una Supecopa de Europa (2012) y una Supercopa de España (2014) y dos finales de la Champions (2015 y 2016) es el bagaje de Simeone en sus seis años como entrenador del club colchonero.

Algo más que entrenadores

Otro de los paralelismos entre ambos entrenadores es que el papel de ambos no solo se limita al banquillo. En el caso de Marcelino su papel en la confección de la plantilla ha sido muy activo, tanto en las llegadas como en las salidas y su opinión ha sido determinante hasta el punto de que una serie de jugadores (Alves, Enzo Pérez, Abdennour, etc) no están en el vestuario porque el asturiano se ha negado y los fichajes de Kondogbia, Murillo y Gabriel Paulista, entre otros, han recalado en el Valencia CF por expreso deseo suyo.

Simeone también ejerce un papel importante en los fichajes del Atlético de Madrid. No parece que se mueva un papel en la entidad rojiblanca si el consentimiento del «Cholo» y parece claro que la permanencia en la plantilla de jugadores como Griezmann o Oblak es por su culpa pese a las ofertas mareantes que han tenido tanto el delantero francés como el guardameta checo.

Los dos entrenadores, además, ejercen un liderazgo sobre sus hombres que no deja opción a la duda. El carácter fuerte de Simeone le convierte en un técnico que no es contestado por sus jugadores, pese a que ha lidiado con temperamentos explosivos como el de Diego Costa. La plantilla tiene una fe ciega en el argentino porque se la ha ganado por la coherencia en su forma de dirigir al grupo. Simeone se ha ganado la autoridad por disponer de un criterio firme y ser justo en sus decisiones, además de defender a muerte a sus hombres en los momentos más difíciles.

Líderes de sus vestuarios

Marcelino se ha ganado el respeto de una plantilla que necesitaba un líder ante la ausencia de esa figura en el vestuario. Ha sido inteligente y ha logrado recuperar para la causa a hombres como Parejo, al que ha designado capitán, cuando estaba con un pie y medio fuera del Valencia CF, cuestionado tanto dentro del club como por la afición, que lo tenía como blanco preferido de sus iras por una actitud que rayaba a veces en la indolencia. Pero el técnico asturiano se lo ha ganado para la causa y ya en la gira de EE UU y Canadá ya le dio la capitanía.

Marcelino y Simeone cuentan con un equipo técnico que se identifica al 100 % con su líder. El Mono Burgos, exjugador atlético, es el lugarteniente de Simeone, es un escudero fiel que hace de correa de transmisión con la plantilla.

Para Marcelino su hombre de confianza es Rubén Uría, un técnico de su total confianza y con el que lleva trabajando desde la temporada 2008-2009 cuando estaba en el Real Zaragoza. Después han seguido juntos en el Racing de Santander, Sevilla y Villarreal.

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