Marcelino García Toral describió el momento exacto en el que se lesionó Francis Coquelin como «si se rompiese una madera». Sucedió en la acción más insospechada, en un apoyo sobre la pierna derecha, en una salida con un ligero giro. El centrocampista francés, de 26 años, llegó a girarse creyendo que un compañero le había dado una patada. De inmediato todos se dieron cuenta de la gravedad de la lesión. Una fractura del tendón de Aquiles de la que fue operado ayer y que le mantendrá de baja entre 5 y 7 meses.

Un mazazo de primer orden en los planes de Marcelino, ayer desolado, que trataba de consolarse con mensajes existenciales. «Creo que todos tenemos un destino», afirmaba. El contratiempo es considerable porque Marcelino pierde a un futbolista fundamental. Centrocampista polivalente, cuyo rendimiento ha sido inmediato desde su llegada. Un jugador que ha ayudado al equipo a levantarse en el peor momento de la campaña. Irradia optimismo y vitalidad, es de los que hacen equipo y en solo dos meses se ha hecho querer «por su calidad humana», destacada también por el técnico.

Marcelino reconocía que la inesperada lesión ha dejado tocado anímicamente al vestuario. «Los compañeros están muy tristes por ello, todos le deseamos una recuperación rápida. La lesión, por importancia, sí deja un sinsabor grande en el grupo, es un golpe duro el vivido en el entreno, sí que nos puede afectar...».

Marcelino, horas antes de que el futbolista fuera intervenido, no quiso aventurar ningún periodo de baja concreto. «Ni idea, es la primera vez que ocurre o veo una lesión del tendón en mi carrera. No sabría decir el tiempo, porque primero hay que determinar si la fractura es total o parcial. Va a ser necesaria una intervención y, con más datos, tendremos una valoración más aproximada». El efecto inmediato de la baja de Coquelin se traducirá en menos descanso para Kondogbia y los extremos de las dos bandas. Al mismo tiempo, Maksimovic, jugador que estaba caído de las convocatorias, vuelve a entrar en la rueda de rotaciones.

El principal riesgo para Marcelino, incluso más que con la lesión de Coquelin, es el exceso de confianza que ha detectado: «Lo que me preocupa es la euforia y considerar que somos ya equipo Champions cuando no lo somos, hay que respetar al Alavés, que todos los partidos ante ellos han sido apretados y complicados. Estoy ocupado en este partido y la importancia de ganarlo tras la victoria importante conseguida en Sevilla y no estar distraídos».