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Rodrigo, siempre cerca del gol

A pesar de llevar solo un tanto, el delantero internacional del Valencia es el tercer jugador de toda la LaLiga que más dispara, solo superado por Luis Suárez y Leo Messi - El jugador ha multiplicado en los tres últimos partidos su promedio rematador

Rodrigo Moreno solo ha marcado un gol esta temporada con el Valencia CF. Un dato llamativo que podría llevar a pensar que el delantero hispano-brasileño, de 25 años, vive alejado de la portería y sin encontrar caminos hacia el gol. No obstante, Rodrigo es de los jugadores que más merodea el premio grande del fútbol. Es el tercer jugador de LaLiga que más disparos conecta a portería. En once partidos disputados (solo descansó frente al Villarreal y ante Barcelona y Real Sociedad salió desde en banquillo), Rodrigo ha concretado 35 disparos en 839 minutos de juego. Cada 24 minutos, cuatro veces por partido, el internacional valencianista chuta, no deja de intentarlo.

Solo dos bestias rematadoras como Luis Suárez y Leo Messi, ambos con 46 disparos, superan a Rodrigo, empatado en este apartado con el madridista Karim Benzema y el rayista Raúl De Tomás, también con 35 disparos pero con más acierto (5 y 4 goles, respectivamente). Precisamente, ese es el gran lunar de Rodrigo, la efectividad. De esas 35 jugadas finalizadas, solo 13 han ido a portería. Sin embargo, lejos de resignarse con su situación, el atacante nacido en Río de Janeiro se muestra decidido a combatir su suerte. La prueba está en los tres últimos partidos, en los que sus estadísticas rematadoras, todavía sin la recompensa del gol, han experimentado un repunte notable. Tres disparos frente, al Athletic en San Mamés, siete contra el Girona y cuatro en Getafe, con tres ocasiones muy claras. Quienes conviven con Rodrigo en el vestuario apuntan, además, que el inconformismo del delantero puede llegar a ser exagerado. «Si no le salen las cosas a él o al equipo, es mejor no sentarse cerca». No es de los que se rinde.

Poco a poco, Rodrigo retoma la tendencia al alza. Empezó atinado el campeonato, con gol frente al Atlético y una presencia peligrosa en el área, con gol en la selección frente a Inglaterra y con las tres ocasiones desperdiciadas frente al Levante UD, en boca de gol. A continuación, apagón. El físico y la mente de Rodrigo pagaron un peaje como el propio Marcelino García Toral reconoció en una entrevista a Levante-EMV: «Pude perjudicar a Rodrigocon tantos minutos de esfuerzo físico y mental». Rodrigo no juega en Vila-real, paga la frustración del empate contra el Celta exteriorizando un gran enfado en el vestuario tras ese encuentro y ante el Barcelona arranca como suplente. El cansancio del Mundial, de una pretemporada atípica y la erosión anímica de un largo verano de nervios por el interés del Real Madrid menguan su rendimiento. También otro factor, no menos importante. El mejor nivel de Rodrigo en la temporada pasada coincidió con su fantástica sociedad con Simone Zaza. El trabajo de desgaste del delantero beneficiaba el perfil rematador de Rodrigo, que marcó 16 goles en LaLiga. En este curso, las excesivas rotaciones han afectado a los automatismos en ataque.

Rodrigo ejecuta desmarques y no ha perdido habilidad para gozar de ocasiones, lo único que echa en falta es el punto de inspiración y confianza que solo da sentirse en racha y no dudar, no pensar en exceso.

Fijo para Marcelino y L. Enrique

Otro factor a considerar es que, para los entrenadores, la valía de Rodrigo no se mide exclusivamente en goles marcados. No ha dejado de ser imprescindible para Marcelino García Toral y sigue acudiendo a la selección, a pesar de no ser (como sucedía con Julen Lopetegui) una apuesta personal del actual entrenador, Luis Enrique. Nadie duda de que los goles de Rodrigo están al caer.

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