Los centrales (Diakhaby y Gabriel) dieron todo tipo de facilidades a los rivales, Roncaglia (¿lateral?) no pasó del medio campo, Parejo se inhibió inopinadamente y los atacantes Santi Mina y Cheryshev resultaron irrelevantes. Solo Kondogbia quiso ganar ayer en Vallecas en una actuación bochornosa del conjunto de Marcelino. El mediocentro francés sirvió dos excelente pases a Ferran que este no pudo definir. El Valencia regaló la primera parte al Rayo y ya no supo reaccionar en la segunda. Pecó primero de soberbia y después de desidia. El Rayo, que venía de sumar ocho derrotas y un empate, se encontró con esta victoria inesperada.

Un penalti errado de Parejo (flojo y poco colocado, telegrafiado), una salida loca con balón de Diakhaby (quiso regatear a dos delanteros, lo perdió y llegó el centro medido de Embarba) y, finalmente, un mal marcaje de Paulista a Raúl de Tomás (que le ganó la espalda). Marcelino, para remontar, recurrió a Guedes y Gameiro (lógico), pero los sustituyó por Ferran y Rodrigo (extraño), los mejores atacantes hasta esos momentos. Continuaron en el campo Mina y Cheryshev y el VCF se extravió hasta el final. Un ex como Mario Suárez, para más inri, marcó de cabeza a la salida de un córner. El Rayo perdió todo el tiempo posible ante un árbitro consentidor que quería compensar el penalti de Gávez a Rodrigo. Y cuando más fácil lo tenía, el VCF parece empeñado en alejarse de la próxima Champions. Ni Marcelino ni nadie puede explicar el bajonazo ayer del equipo.