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Tribuna

Un respeto para Unai Emery

Un respeto para Unai Emery

Tras un paso discreto como interior izquierdo por el Toledo, el Ferrol y el Lorca, Unai Emery (Hondarribia, 47 años) ha desarrollado una de las carreras más fascinantes como entrenador de la última década.

Ya en el Lorca, jugador-entrenador en 2005, logró el ascenso a Segunda antes de subir a Primera con el Almería. El entonces secretario técnico del VCF, Juan Sánchez, exgoleador de Aldaia, lo fichó el 22 de mayo de 2008 y lo convirtió en el entrenador más joven de la historia de la entidad de Mestalla (37 años).

En una época convulsa, por las penurias económicas y por la insatisfacción deportiva tras los éxitos de Rafa Benítez, Unai pagó su inexperiencia en el primer curso (sexto), pero estuvo a la altura en los tres siguientes (dos terceros puestos y un cuarto) porque siempre disfrutó de una especie de muelle que lo impulsó en los peores momentos. A su favor contó con excelentes futbolistas: Villa, Silva, Mata, Jordi Alba (a quien habilitó de lateral izquierdo); en su contra, el club fue vendiéndolos a todos. En su debe, la marcha de Isco al Málaga por apenas seis millones. En su haber, la estabilidad de tres temporadas seguidas en Champions. Su sucesor, Mauricio Pellegrino, no alcanzó esos registros. El ahora magnífico entrenador del Leganés también llegó a Mestalla demasiado pronto y fue despedido en diciembre por Ernesto Valverde, a punto de enderezar la temporada aunque perdió en el último suspiro contra el Sevilla.

A Emery se le reprocha no haber ganado casi nunca contra los grandes (le faltó pegada en esos duelos de más vuelo) y se le crucificó por haber celebrado desmelenado un gol de M'Bia para el Sevilla en el 93 que dejó fuera al VCF de la final de la Liga Europa de 2014, la primera de las tres seguidas conquistadas por el técnico vasco en la sociedad sevillana.

La celebración de un gol en el 93 clasificatorio para tu primera final es una de las reacciones más naturales del mundo en ese instante de éxtasis. En frío, podría haberla contenido: por el dolor de Mestalla, por la insignia de oro y brillantes recibida y, sobre todo, porque Unai está agradecidísimo a un club y a una ciudad a los que ama, origen de una trayectoria internacional en el Spartak de Moscú, el PSG y el Arsenal. Un respeto.

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