La Copa del Rey es el triunfo para una generación, la más joven de Mestalla, que ha soportado sin títulos ni finales durante toda una década. Una franja que, a pesar de la sequía, resistió en una época de desánimo (bajón deportivo, descenso de espectadores y el desarraigo del proceso de venta) y ha acabado encontrando la recompensa a su militancia. Una generación en la que se encuentran exponentes de la primera plantilla, como José Luis Gayà, Ferran Torres o Carlos Soler.

Todos ellos, antes de integrar el Valencia campeón del Villamarín, se forjaron como hinchas. Carlos Solerpublicaba ayer imágenes del momento en el que, con 11 años, visitaba la Copa del Rey ganada por el Valencia frente al Getafe, en 2008 (3-1). Una de las primeras alegrías como aficionado, ya que del doblete de 2004 apenas conserva recuerdos. Un caso parecido al de Ferran Torres, que tenía solo 8 años cuando viajó junto a su familia al estadio Vicente Calderón para asistir al triunfo sobre el conjunto azulón.

El valencianismo de Gayà se forjó en los viajes de 200 kilómetros, varios días a la semana, de ida y vuelta de Pedreguer a Paterna. El lateral ha soportado los años de crisis del club y ahora luce como uno de los capitanes del renacido equipo.