No puede tener mejor recuerdo Marcelino de su última visita a Vigo, donde logró una victoria con la que el Valencia CF empezó a dar un giro a la historia de esa temporada. Llegó allí con la soga al cuello después de haber cerrado la primera vuelta del campeonato en undécima posición, con solo cuatro victorias y 23 puntos, a diez de los puestos de Champions. Ganaba el Celta por la mínima el asturiano se tambaleaba en el banquillo, el presidente Anil Murthy y Mateu Alemany regresaban después de analizar la situación de crisis en Singapur con el propietario, pero un gol de Ferran Torres a falta de veinte minutos para el final y el definitivo de Rodrigo Moreno rubricaron un triunfo que se iba a convertir en el germen de la gran remontada hasta el cuarto puesto final.

No hay partido tranquilo en Balaídos, el Valencia volverá este sábado en una situación complicada, no tanto por el empate del estreno ante la Real Sociedad como por la crisis de desconfianza que está generando la planificación deportiva en esta recta final del mercado. Marcelino se encontrará un Celta en pleno proceso de cambio después de una campaña en la que estuvo muy cerca del abismo, a Santi Mina si finalmente se recupera y regresa al equipo y algunos futbolistas que en determinados momentos han sido objeto de deseo del técnico asturiano para el Valencia CF. Es el caso de Iago Aspas, capitán y referente del Celta al que quiso fichar la temporada pasada, aunque la exigencia de abonar la cláusula de 40 millones convirtió ese deseo en un imposible.

Y Denis Suárez. Lo pidió Marcelino hace un año, lo volvió a intentar en el mercado de invierno y ha vuelto a estar en los planes este mismo verano, como ellos mismos protagonistas han reconocido públicamente. «Siempre lo diré: Marcelino es el mejor entrenador que he tenido. Ha insistido mucho en ficharme; el Valencia, no tanto. Me ha decepcionado la Dirección Deportiva del Valencia, que dudó mí por cuestiones extradeportivas. No lo consiento. Me ha dolido. Soy superprofesional», declaraba recientemente el jugador, por el que el Celta acabó pagando 13+3 millones al Barça, operación en parte financiada con la salida de Maxi Gómez al Valencia CF.

Santi Mina acelera

Se le daba prácticamente por descartado pero el delantero no está dispuesto a perderse el enfrentamiento ante el que fue su equipo durante cuatro temporadas. Este miércoles, el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, explicaba que «hoy -por ayer- ha hecho trabajo de campo mucho más intenso, incluso realizó desplazamientos laterales con exigencia y los toleró sin ningún dolor. Mañana intensificaremos el trabajo pero no descartaría que pueda recibir el alta antes del sábado». Mina cayó lesionado el pasado 6 de agosto en un amistoso ante el Tenerife, se le diagnosticó un esguince en el tobillo derecho y entre tres semanas y un mes de baja, pero todo apunta a que las ganas lo pueden llevar a reaparecer contra el Valencia.