Acuerdo cerrado. José Bordalás será entrenador del Valencia CF la próxima temporada. El conjunto de Mestalla ha llegado a un entendimiento tanto con el técnico como con el Getafe, conjunto con el que hasta este mismo lunes tenía contrato en vigor, tal y como adelantó la Cadena SER. Tras el OK de Peter Lim para cerrar la operación, faltaba que los clubes cerraran los últimos flecos. A última hora de la tarde del martes, ya se están tramitando los papeles para formalizar el contrato, que se firmará de forma inminente.

El presidente del conjunto azulón, Ángel Torres matizó a mediodía que el técnico «no está en venta», si bien sus declaraciones han sido parte estratégica de una negociación que se cerró durante la tarde con una comunicación a tres bandas: el representante del técnico, Ángel Torres y Anil Murthy, como responsable de la negociación por parte del Valencia CF.

El Valencia CF no pagará cláusula de rescisión por el preparador, pese a los intentos que llegaron desde el Coliseum, donde se pretendía que pagaran los 1.5 millones establecidos. Finalmente las partes han terminado por cerrar el acuerdo sin intercambio económico. Sí habrá compensación mediante la utilización de jugadores, pero el Valencia CF se ha ahorrado la inversión para cerrar la incorporación del preparador alicantino.

La pizarra del nuevo jefe

La figura de Bordalás entra en el ecosistema Valencia y más allá del nombre la sensación es que su filosofía e identidad encajan con lo que es la entidad de Mestalla y su historia. El técnico apareció en el Getafe como una solución a las urgencias de un equipo que estaba incluso cerca de posiciones de descenso a Segunda B y que unos meses más tarde celebraba un ascenso a la máxima categoría. Un año después la clasificación a la Europa League, llegando incluso a los octavos y dejando fuera al Ajax. Todo eso con un juego reconocible: combinar en fase defensiva presión alta y en campo propio (esta segunda con rápidas salidas), juego por fuera y mordiente por dentro, delantero con juego aéreo y ‘guerrilleros’ y competitividad total sea cual sea el contexto o la competición.

Bordalás ha mostrado en repetidas ocasiones que no es partidario de separar ataque y defensa. El equipo debe ser un todo. En un 4-4-2 (y sus distintas variantes), sistema que en València ya ha dado éxitos, los delanteros son los primeros defensas cuando se defiende con un bloque alto. El técnico tiene como una de sus prioridades que no reciban los hombres interiores. Si el rival juega con pivote y creador, la presión debe orientar el juego por fuera o que reciba el pivote, no el ‘8’. Dependiendo del sistema del rival, el técnico también apuesta por una presión en rombo/distintas alturas. Si Jaime Mata y Jorge Molina (ejemplos reconocibles en la 2019/20) acudían a dificultar salida a los centrales, Arambarri saltaba y Maksimovic guardaba atrás haciendo dos alturas distintas entre los hombres del doble pivote propio. Mientras, los hombres de banda tienen que estar atentos a dos misiones: evitar un pase por dentro y ‘saltar’ inmediatamente a por el lateral rival en caso de que llegue el balón a esa zona.

La altura de la línea defensiva también es importante. Más allá de ser un técnico defensivo, por nombres y por filosofía, el técnico es valiente en la altura de los centrales y laterales. Si el equipo va alto, la zaga acude para estar siempre todos juntos y evitar pases a zonas intermedias. Lo mismo sucede cuando hay defensa en campo propio. El equipo no debe hundirse en exceso hacia su portería. Para ello, Bordalás ha apostado durante su etapa en el Coliseum en muchas ocasiones por un doble lateral, más el Maksimovic-Arambarri en el medio, jugadores capacitados para la presión y ataque rápido. Ese fue uno de los secretos del Getafe en la 2019/20 y es que fue uno de los equipos que mayor porcentaje de pases daba en campo contrario. También se explica gran parte de ese éxito en la capacidad que tenía el equipo en no recibir disparos. Más allá de los goles encajados, el cuadro de Bordalás era siempre uno de los que menos remates a portería recibía en cada jornada, algo que prácticamente no ha ocurrido en Mestalla desde la salida de Marcelino García Toral.

En su caso, Bordalás ha apostado en gran parte de su etapa por el Coliseum Alfonso Pérez por el doble lateral, con distintos perfiles eso sí. El Olivera-Cucurella en el costado izquierda fue dominador en la 2019/20 y una de las mejores bandas de LaLiga Santander. Por su parte, en derecha el Damián Suárez-Nyom tenía otro aire. Menos estético con balón, algo más ‘guerrillero’ y con menor superioridad cuando tocaba mostrar cierta originalidad.