S.G., Valencia

Su especial ubicación, en una de las áreas de huerta en mejor estado de conservación que quedan en la ciudad de Valencia, el Monasterio de San Miguel de los Reyes se ha convertido en el monumento con el mayor radio de entorno protegido. A las medidas de "blindaje" habituales en los Bienes de Interés Cultural (BIC) para el conjunto arquitectónico en sí y su, en este caso, especialmente extenso ámbito se suman las determinaciones del Plan Especial de la Huerta (PAT) y le alcanzan las restricciones incluidas en el expediente BIC en trámite del Tribunal de las Aguas. Tres niveles de protección sobre el papel, ya que la realidad actual es que la Biblioteca Valenciana convive con vertederos, una carretera y un edificio de once alturas.

El entorno de protección (acuerdo del pleno del Consell del viernes pasado publicado en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana ayer) coincide con el que ya definió el Plan Especial de Protección y Reforma Interior aprobado, esta vez sí, por el Ayuntamiento de Valencia en julio de 2001. Recorre el eje de la calle Santiago Rusiñol, gira por Padre Viñas, cruza la avenida de Hermanos Machado e incorpora el camino de la alquería de Albors, discurre en paralelo a la acequia de Rascanya, cruza la avenida de la Constitución y, de nuevo, Hermanos Machado hasta Conde de Lumiares para volver al punto de origen en Santiago Rusiñol. A pesar de su amplitud "la impronta paisajística del monumento en la huerta de la Vega de Valencia rebasa sus confines", reza la declaración, "pero se encuentra garantizada indirectamente por la protección urbanística de los terrenos" ligada al expediente de Bien de Interés Cultural Inmaterial en favor del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia (allí se encuentra la acequia de Rascanya) y al Plan de Acción Territorial de Protección de la Huerta.

A esta normativa encomienda el expediente la salvaguarda de todo el entorno de huerta del monasterio, su entorno paisajístico, así como la pervivencia de su íntima relación histórica. Y de este modo se extiende geográfica y visualmente el alcance de la protección del edificio.

Pero no basta con la vigilancia de futuras actuaciones (cualquier obra en la zona necesitará permiso de Cultura, excepto obras menores de mantenimiento, y se prohíbe terminantemente la publicidad a no ser que sea provisional y de tipo cultural) sino que se hacen necesarias intervenciones activas urbanísticas.

El plan especial de protección ya prevé lo que los técnicos de Patrimonio han descrito como "proteger y recuperar los valores paisajísticos y ambientales del monumento, remodelando su configuración urbanística en sentido restitutivo y pacificador frente a las alteraciones que impropiamente ha sufrido". Entre ellas, la "más espectacular", la edificación de una torre de viviendas de once plantas ante las propias puertas del recinto monumental. Este inmueble está "condenado" pero no podrá derribarse hasta que el consistorio -que encomendó a la empresa municipal Aumsa la gestión de las expropiaciones de todo el entorno- dé con una solución de realojo para los vecinos.

Cultura aboga también por el retrazado de la antigua carretera de Barcelona, que discurre "agresivamente pegado" a la cerca y portada del convento, para desplazarla hacia el oeste y por la construcción de una línea de tranvía (ramal de la T-2) que conecte Valencia y Tavernes Blanques -como reclama esta población- desde Hermanos Machado pasando delante del monasterio.