Hortensia García, Valencia

El presidente de la Generalitat y la alcaldesa de Valencia intentaron darse ayer darse un baño de multitudes con motivo de las celebraciones del centenario de la Exposición de 1909 y del Himno Regional. Sin embargo, la interpretación de la composición musical, el acto central del centenario, fue menos multitudinaria de lo previsto quizás por celebrarse entre semana. Según la Policía Local, el acto congregó a unas 4.000 ó 5.000 personas: 1.500 en el público, 2.000 músicos e interpretes y el resto, autoridades.

Como hace cien años hicieron el rey Alfonso XIII y el primer ministro, Antonio Maura, Francisco Camps y Rita Barberá visitaron los edificios -o lo que queda de ellos- del recinto ferial donde se han ubicado dos exposiciones: una de la Valencia de 1909 con fotografías antiguas, maquetas, piezas e inventos de la época -entre ellos un globo aerostático y uno de los primeros modelos de Cadillac- y otra sobre la Valencia del siglo XXI.

Camps no se sentó en la Cadira d'Or que usó el rey para presidir la ceremonia inaugural, rescatada y expuesta en el Palacio de la Exposición. Lo hizo en una butaca de masajes relajante instalada en la exposición del siglo XXI de la Tabacalera. El gesto dio pie a comentarios irónicos de algunos concejales socialistas que iban en la comitiva oficial del tipo "no le irá mal con la que le está cayendo" en alusión a la investigación por la trama de corrupción del caso Gürtel.

¿Aplausos espontáneos?

Tras descubrir la placa conmemorativa, la comitiva recorrió el Palacio de la Exposición y la fábrica de la Tabacalera. De camino al paseo de la Alameda donde, también como hace cien años se interpretó el Himno de la Exposición -con música del maestro Serrano y letra de Maximiliano Thous- Camps y la alcaldesa fueron aclamados por los niños del colegio Marqués del Turia que, casualidad o no, se encontraban agrupados en el patio esperando el paso de las autoridades.

También como hace un siglo, el Ayuntamiento de Valencia quiso que el Himno Regional, que desde 1925 es el oficial de la Comunitat, se interpretara en castellano -la versión en valenciano no fue autorizada hasta 1930- lo que el público no terminó de entender. La interpretación en castellano fue menos lucida y sonora que la siguiente en valenciano donde los asistentes y las autoridades de la tribuna sí acompañaron a los coros y músicos dirigidos por la batuta de Enrique García Asensio. Las estrofas "per a ofrenar noves glòries a Espanya" y "tots a una veu" traducidas al castellano chirriaban. "Nos hemos acostumbrado a cantarlo en valenciano y en castellano suena raro", apuntaban entre el público. Entre los asistentes se encontraba una emocionada María Serrano, la hija del autor de la composición musical. Por la parte de las ausencias casi esperadas, la de la familia Thous, molesta por la edición sólo en castellano de los programas e invitaciones del centenario y por el "monolingüismo" del ayuntamiento.

Por encima de las cabeza del público sobresalieron dos pancartas, una de la ultraderecha y otra blavera, del GAV, llamando "hipócritas" a los políticos.