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Los vendedores del Mercado Central de Valencia han expresado su indignación con la decisión de la Conselleria de Infraestructuras y Transportes de ralentizar las obras del metro para no perjudicar la estabilidad de la iglesia de los Santos Juanes, en la que se han abierto numerosas grietas que amenazan su estructura. Los vendedores del mercado, donde ya hay dos columnas reforzadas con hierro por este mismo motivo, piden precisamente que se agilicen los trabajos para que la obra termine cuanto antes y vuelva la normalidad.

Desde luego, la reunión de los responsables del Arzobispado con los técnicos de la Conselleria no ha sentado bien a este colectivo. El resultado de ese encuentro fue una ralentización de los trabajos para evitar nuevos desperfectos en la Iglesia de los Santos Juanes, pero esa ralentización perjudica a los vendedores del mercado central, cuyos negocios se han visto perjudicados por el largo tiempo que duran los trabajos.

Confianza en los técnicos

Vicente Gimeno, presidente de la Asociación de Vendedores del Mercado Central, confirmó a este periódico que en su edificio ya hay dos columnas del sótano que tienen grietas y que han tenido que ser reforzadas con unas "camisas" metálicas. Ahora bien, "nosotros estamos en contacto con los responsables de la obra y sabemos que se están tomando todo el interés y que no debe haber problema. Confiamos plenamente en ellos", dice.

Lo que no comprende es que la conselleria decida ralentizar las obras porque se lo haya pedido el Arzobispado. "Con la Iglesia hemos topado", dijo Gimeno visiblemente enojado. "Nosotros estamos de acuerdo con la obra, pero lo que queremos es que termine cuanto antes. Al señor arzobispo puede que le dé igual que tarde más o que tarde menos, pero nosotros queremos que se agilice, porque está perjudicando mucho a nuestros negocios", dijo.

Gimeno constató que las obras ya han sufrido un importante parón. Según dijo, "ya han dejado de trabajar los fines de semana y entre semana el número de trabajadores ha bajado de treinta o cuarenta a apenas media docena". Eso podría retrasar las fechas de finalización, previstas para este mismo año en lo que a la superficie se refiere.

El presidente de los vendedores del mercado asegura, finalmente, que los técnicos de la obra tienen el mapa de todos los edificios colindantes y controlan la situación al detalle. Y "si han salido más grietas en los Santos Juanes es porque es un edificio antiguo que nunca ha sido restaurando totalmente". "Ademas -precisa- algunas grietas son viejas y no tienen nada que ver con las obras".

Por lo que respecta a los desperfectos registrados en el mercado, Gimeno entiende que con un proyecto de esta envergadura se produzcan algunas grietas, pero asegura que "eso es lo normal".

Hace apenas unas semanas los vendedores del Mercado Central denunciaron los problemas que tienen como consecuencia de las obras del metro (línea 2) y del aparcamiento que se construye en el subsuelo de la Plaza Ciudad de Brujas. El más importante de ellos es que se han eliminado algunas de sus puertas de entrada y hay muchas dificultades para las labores de carga y descarga. Además, los vendedores o los proveedores que ocupan espacios limitados al tráfico están siendo multados permanentemente por la Policía Local, denunciaron en su día. En última instancia, las obras dificultan la llegada de clientes procedentes de otros barrios de la ciudad e incluso de otras poblaciones, pues se han eliminado o modificado las líneas de autobús y la habilitación del sótano para aparcamiento de clientes no es suficiente para compensar este problema. Por el contrario, esta medida supone un gravamen más para los vendedores, que tienen que alquilar el solar del Princesa para dejar sus vehículos.