En 2008 la Generalitat le encomendó una nueva tarea a la antigua cárcel Modelo de Valencia, la de convertirse en un nuevo centro en el que trabajarán cerca de 2.200 funcionarios después de 42 meses de obras. Esta gran ciudad administrativa será la encargada de albergar diversos servicios centrales y territoriales de la Generalitat en un espacio de unos 110.000 metros cuadrados. Todo un complejo que revitalizará la zona, una vez finalizado, pero que está causando algunos perjuicios a los vecinos del barrio de Nou Moles. Y es que las cuatro torres construidas en las esquinas de la manzana, diseñadas con la intención de que se integren con el edificio original rehabilitado de la cárcel, producen un efecto espejo de la luz solar por el cristal que las recubre.

El cristal y el acero mandan en las cuatro esquinas del complejo y reflejan el sol, en su proceso de construcción, para molestia de algunos vecinos de las fincas cuya fachada da a la antigua cárcel. José María García Carrascosa, vecino del carrer Nou d'Octubre de 85 años, incluso se vio obligado a instalar un toldo en su balcón por el reflejo de la luz. "A las horas fuertes de sol no puedo salir al balcón sin toldo. Refleja y entra todo. Yo me he tenido que poner los toldos, que no me hacían falta ninguna. La fachada de cristales molesta mucho", critica y añade que "se podía haber hecho de otra manera". Esta molestia también la sufre Laura Valiente, vecina del barrio de 76 años, quien advierte que hay que tener cuidado para evitar algún accidente. "Es como un espejo que te da en la cara", explica. En su opinión, la combinación de estilos arquitectónicos del proyecto de Juan Añón, el arquitecto responsable del nuevo Complejo Administrativo, no le termina de encajar: "A mi no me gusta porque lo antiguo con esto tan moderno yo creo que no pega ni con cola". Pero lejos de gustos arquitectónicos la opinión general de los vecinos y, sobre todo, de los comerciantes es que la rehabilitación de la antigua cárcel y el nuevo uso previsto para estas dependencias va a dar un impulso económico al barrio. "Nos quejamos de todo, no es para tanto. Esto está 40.000 veces mejor, cuando pongan ahí servicios para todos ya verás como la gente se pone contenta", opina Enrique López Martínez, jubilado de 55 años.

Esta visión positiva también la comparte Saúl Morillas, trabajador de una perfumería del carrer Nou d'Octubre, quien asegura que no sólo no le molesta el destello de la luz sino que lo considera algo positivo: "sí que es verdad que refleja pero el reflejo incluso a determinada hora de la tarde que ya no tenemos sol, lo que da es luminosidad dentro de la tienda". Otros comerciantes de la zona aseguran no notar apenas el reflejo de los cristales. Paco Martínez, trabajador de un taller mecánico del barrio de Nou Moles, explica que "en los bajos no molesta. A las casas igual les refleja, pero aquí no".

El momento del día en el que más perjuicio causa a los vecinos el material temporal del que está hecha la fachada de las cuatro torres que cierran las esquinas de la manzana es el atardecer. Pero este problema, además de las molestias típicas de las obras, acabará a finales de este año, cuando, en la última fase del proyecto, se instalen unos vidrios que impiden que se produzca el efecto espejo en las fachadas de las fincas colindantes al nuevo complejo, una instalación que además dará un punto de color a la edificación, ya que los nuevos vidrios producirán distintas gamas cromáticas en las torres.

Unas protecciones de vidrio resolverán el problema a final de año

El arquitecto responsable del proyecto del nuevo Complejo Administrativo, Juan Añón, explicó ayer a este diario que los reflejos de luz se solucionarán en la fase final de las obras en la que se instalarán unas protecciones también de vidrio, diseñadas para que no se produzca el efecto espejo. El responsable del complejo declaró que a finales de año se probarán los nuevos vidrios y quedarán resueltas las molestias. Las obras, iniciadas en mayo de 2008, finalizarán el próximo año. Los nuevos vidrios, además, crearán distintas gamas cromáticas en su fachada pero sin que éstas reflejen en las fincas colindantes. El resultado dotará a la antigua cárcel de un rostro más moderno y renovado.