A finales del año pasado y después de 14 años cerrado, el viejo cuartel de Nazaret fue pasto de la excavadoras. En los últimos tiempos se había convertido en un espacio degradado, donde se refugiaban indigentes y abundaba la suciedad. Además, tenía problemas de aluminosis que impedían su rehabilitación. Por ello, los vecinos reclamaron una y otra vez que fuera derribado y entregado al Ayuntamiento de Valencia para la instalación de equipamientos públicos, algo de lo que está muy necesitado el barrio.

A día de hoy, sin embargo, su futuro sigue siendo incierto. Propiedad del Ministerio del Interior, la idea del Gobierno es venderlo para hacer viviendas, lo que precisa de una recalificación del suelo, ahora grafiado como Sistema General de la Defensa y Fuerzas de Seguridad, que lo convierta en urbano edificable. Pero ese trámite no se ha realizado.

También cabe la posibilidad de que el terreno, alrededor de 650 metros cuadrados situados entre las calles Castell de Pop y Francisco Falcons, sea transferido al Ayuntamiento, bien pagado o en permuta, lo que permitiría hacer equipamientos públicos.

Ésta es la opción que más gusta a los vecinos, que históricamente han denunciado la marginación del barrio. Y así lo han plasmado en un enorme grafiti pintado sobre la valla que rodea el solar donde estaba el viejo cuartel construido en los años cuarenta.

Su primera opción, según reza la pintada, es construir una residencia de mayores, pero también un retén de la Policía Local o una escuela infantil. "Ací pintem tots", dicen los vecinos en clara referencia a la importancia de que las administraciones públicas tengan en cuenta sus opiniones.