Desaparece una composición de Mariano Benlliure de un panteón del cementerio general
La estatua coronaba una de las cuatro columnas de la entrada al mausoleo de la familia Moroder
El panteón de la familia Moroder en el Cementerio General de Valencia, obra del escultor Mariano Benlliure, ha perdido algunos de sus remates más destacados, concretamente un trío de búhos realizado en bronce que coronaba una de las cuatro columnas de mármol de la entrada. También han sido arrancadas las garras que decoraban la parte baja de al menos dos de estas columnas, deteriorando así una de las obras más destacadas del artista valenciano.
El panteón de la familia Moroder, construido en el año 1909, debe enmarcarse en la ingente producción de Benlliure para las familias adineradas de Valencia en los primeros años del siglo XX. Se trata de un panteón situado en el pasillo central del Cementerio General que sorprende al visitante por la sobrecogedora estatua de un ángel que invita a atravesar la puerta de la cripta.
Protegiendo esa entrada y esa estatua hay un cerramiento metálico sujetado por cuatro columnas de mármol —el mismo mármol de Carrara con el que está hecho todo el mausoleo— sobre cada una de las cuales se erigía una composición de bronce formada por tres búhos sujetando algo parecido a una corona.
Pues bien, la única de esas composiciones que ha podido contemplarse en su emplazamiento natural en los últimos años ha desaparecido de allí, los mismo que las garras de bronce que adornaban la base de la columna. Sólo se han salvado las que dan al interior del cerramiento y quedan fuera del alcance de los curiosos y amigos de lo ajeno.
De haber sido un robo (las piezas han sido arrancadas de su base) se trataría de un expolio sin precedentes en el Cementerio General de Valencia, que recientemente ha sido convertido en valor monumental de alcance turístico por la peculiaridad y relevancia de sus construcciones.
Este cementerio, inaugurado en el año 1807, concentra enterramientos modernistas, neogóticos y neogriegos, todos ellos adornados con esculturas muy al gusto de la burguesía de la época. Uno de estos panteones, fechado a mediados del siglo XIX, es el construido en honor a la hija adolescente de Gaspar Dotres. Y destaca, así mismo, el de la familia Moroder, tanto por su original composición como por ser obra de uno de los escultores más relevantes del arte valenciano.
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