Los propietarios del Palacio de los Maestres, al que el Ayuntamiento de Valencia le ha concedido un nivel de protección 2, han puesto en venta el edificio con la idea de destinarlo a residencia familiar, hotel o sede administrativa. El privilegio concedido por el consistorio comporta la unidad de todo el inmueble y facilita su salida al mercado una vez descartada la rehabilitación para uso particular.

Según explicó María José Solaz, gerente de la empresa General Constructor, propietaria del palacete, su idea inicial era rehabilitarlo para su uso personal, pero el momento económico actual ha aconsejado buscar otras salidas. La venta era una de ellas, pero el problema es que, sobre el planeamiento, el inmueble estaba divido en dos partes, una libre y otra afectada por una unidad de actuación, lo que obligaba a ceder parte de la misma.

Fue por ello por lo que la propiedad solicitó al Ayuntamiento una modificación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Seu-Xerea para sacar esta parcela, unificar el inmueble y darle un nivel de protección 2, petición que fue aprobada en la Comisión de Urbanismo del 26 de diciembre y en el pleno municipal del día 30.

Valor patrimonial

Según el Ayuntamiento, tanto los técnicos municipales como los de la Conselleria de Cultura tuvieron en cuenta el valor histórico del edificio, proyecto que data del año 1881 y al que posteriormente se le han añadido una torre y otros elementos de estilo neoclásico. Destaca también la calidad del artesonado de la primera planta, así como las cristaleras, la chimenea y el pavimento de mosaico hidráulico de la Industrial Valenciana, de Meliana, los conocidos mosaicos Noia, propiedad de la familia de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

Una vez unificado y protegido el inmueble, General Constructor lo ha puesto a la venta. Según María José Solaz, la idea inicial de rehabilitarlo para ella ha pasado a segundo plano y la primera opción es enajenarlo conservando, en lo posible, un uso "noble" al que contribuye ahora su flamante protección.

Solaz cree que el edificio no es el más indicado para uso residencial, es decir, para hacer viviendas. Sus condiciones son más propias de "una residencia familiar entera, un hotel con encanto o sede de algún organismo oficial". De hecho, asegura que ya hay una persona que se ha interesado por el edificio para hacer un híbrido entre residencia personal y habitaciones para invitados. Se trata de "una persona conocida que viene mucho por España y busca algo así", aunque no precisó más del personaje.

Lo que parece claro, es que la protección municipal le ha dado "caché" al edificio, según palabras de María José Solaz, aunque el nivel 2 lleva aparejada la obligación de respetar todos los elementos estructurales del mismo.