El Club Deportivo Malilla, a cuyo campo de fútbol el viento le ha derribado aproximadamente 30 metros de muro, pidió ayer ayuda para resolver este problema y, por extensión, para mejorar las instalaciones deportivas del barrio. Según explicó su presidente, Juan Cerdán, las esperanzas del barrio estaban puestas en el nuevo polideportivo de Malilla, que se construye a apenas 300 metros de su campo de fútbol, y las obras están paralizadas.

Cerdán recordó que se trata de un club privado, que tiene que pagar 1.600 euros de alquiler al propietario del suelo y que sobrevive con las cuotas de los 120 alumnos del club. De ahí que tenga escasos medios para pagar un muro que de haber caído de día podría haber causado una tragedia, pues está en un lugar de paso entre un colegio y un parque.

A pesar de ello, asegura que nadie les ha prestado ayuda y que el Ayuntamiento de Valencia ya les ha dicho que no puede hacer nada en una propiedad privada. De momento, únicamente han recibido la solidaridad del Grupo Municipal Socialista, cuyo portavoz, Joan Calabuig, y varios de sus concejales, se entrevistaron ayer con los responsables del club y se comprometieron con ellos a realizar gestiones ante el consistorio para buscar una solución. Tanto Calabuig como Cerdán coinciden en la falta de instalaciones deportivas en Malilla.