"Desde el mes de mayo no se ha baldeado Torrefiel. Hay calles y parques que dan asco y este verano hemos tenido hasta plagas de moscas". Esta es la descripción que hacen de su barrio los dirigentes de la Asociación de Vecinos de una de las zonas más afectadas por los recortes en el servicio de limpieza de Valencia, que, como dice su presidente, Rafael Medina, llevan toda la vida reclamando equipamientos y ahora han tenido que marcarse como prioridad la salud de los residentes.

Según Medina, la asociación ya pidió explicaciones este verano y "dijeron que para no despedir a nadie se había retirado personal por vacaciones". Luego vieron que "no era así" y que el baldeo, además, había desaparecido, así que pidieron los contratos de limpieza y nadie se los ha dado. Ni siquiera, recuerda Medina, se ha hecho realidad aquella campaña anunciada por el Ayuntamiento de Valencia para multar las cacas de perro, de manera que a día de hoy "hay sitios a los que no se puede ir por el olor que hay". "Necesitamos por lo menos que haya limpieza en días alternos, porque aquí ya no sabemos lo que es una barredora", afirma.

Este problema es especialmente vistoso en los solares que rodean el Instituto José Ballester Gozalvo o el colegio Antonio Machado, en los que se suele hacer "botellón" y no se limpian los restos.

Más equipamientos

En estas circunstancias, la Asociación de Vecinos de Torrefiel cree que la limpieza es un asunto prioritario que viene a sumarse a los problema históricos que arrastra el barrio. Un centro de día o un centro de salud son los equipamientos más demandados y para ello aportan soluciones, como la rehabilitación de la cercana alquería Falcó o la puesta en funcionamiento del antiguo hospital La fe, por cuya reapertura se viene manifestando junto con varios colectivos del barrio de Campanar y limítrofes.

Rafael Medina no comprende que siendo un barrio del norte de Valencia se les haya incluido en la zona sur sanitaria y encima no tengan una línea directa al nuevo hospital de Malilla. Por esta razón reclaman un hospital en la antigua Fe, con servicio de urgencias, consultas y hospitalización con todos los servicios que requieren estas situaciones; y también un servicio de transporte público directo hasta el nuevo recinto sanitario, que, según explica, sería una realidad simplemente prolongando la línea 6 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que ahora se queda en Malilla.

La asociación, por último, se ha puesto del lado de los colegios en su lucha contra los recortes aplicados por la Generalitat Valenciana. A la necesaria ampliación de los centros existentes o el mal estado de las pistas de algunos de ellos, como el Antonio Machado, hay que sumar ahora la deuda de 65.000 euros con el instituto José Ballester Gozalvo, que impide a los alumnos disponer del material necesario para las clases.

Todos estos problemas y algunos más serán analizados en una futura asamblea de la asociación de vecinos, aprovechando la cita de todos los años para hacer balance del ejercicio anterior, aseguró Medina.