La empresa adjudicataria de la rehabilitación del Mercado del Grao, que renunció al proyecto por sus dudas respecto a la aportación municipal, transferida al Plan Confianza de la Generalitat Valenciana, se propone seguir adelante con el mismo introduciendo variaciones y haciéndolo completamente privado, sin participación del consistorio.

Desde el principio, la Concejalía que dirige María Jesús Puchalt ha pensado en una rehabilitación del Mercado del Grao para darle un sentido "gourmet" al estilo del madrileño Mercado de San Miguel. Para ello encargo un proyecto inicial e ideó una fórmula de financiación publico-privada según la cual el Ayuntamiento aportará 2,4 millones de euros y el resto, hasta cinco millones, una empresa que podría explotar el complejo, incluido el aparcamiento de 125 plazas, durante los próximos 40 años.

El proyecto salió a concurso y fue adjudicado a la UTE CRC-Ceinsa, pero todo se paró en seco cuando estas empresas decidieron abandonar el proyecto recelosas con la aportación del consistorio, que depende del Plan Confianza de la Generalitat, la mayoría de cuyos planes sufren graves retrasos o ni siquiera se han puesto en marcha.

La empresa, sin embargo, sigue interesada en invertir y ha propuesto a la Concejalía de Mercados hacer la rehabilitación en solitario y adecuar el proyecto a las nuevas circunstancias, todo ello con el mismo objetivo de excelencia que se planteó desde el principio. En otras palabras, propone pagar todas las obras, adaptarlas a sus posibilidades presupuestarias y quedarse con la explotación del negocio sin límites de concesión ni de servicios.

Negociaciones

La propia Concejalía de Mercados ya anunció cuando se produjo la renuncia que estaba dispuesta a seguir adelante con el proyecto explorando otras fórmulas de financiación o de gestión. Una de las posibilidades era hacer un concurso nuevo y se barajaba igualmente la posibilidad de abrir un procedimiento negociado. El consistorio, en definitiva, está abierto a cualquier opción privada o pública. La cuestión es no demorar más la rehabilitación.

Ahora, por tanto, todo depende de negociaciones sobre las posibles fórmulas de construcción y explotación, algo que requiere de ajustes legales complicados, pues se trata de unas instalaciones completamente municipales.