Es de sobra conocida la práctica de los canteros medievales de firmar con algunos símbolos las obras en las que se incluían sus trabajos. Algo similar ocurre en Valencia, donde los más observadores habrán distinguido unas alcachofas en algunos puntos de la ciudad. Concretamente, las alcachofas se pueden ver en un pequeño altarcillo situado en una de las dos rotondas de la Ronda Norte en Benicalap y en los pretiles de uno de los túneles de Primado Reig, el que discurre bajo la calle Sagunto. Se trata del particular homenaje que el ingeniero Emilio Gastaldo, al que Levante-EMV ha localizado en Silla, y su equipo quisieron rendir a este municipio de l´Horta, en cuyo escudo aparece una alcachofa.

«Teníamos que poner un adorno y decidimos poner uno de esos vegetales», explica Gastaldo, que ahora tiene 78 años y ya está jubilado. Gastaldo fue el encargado de proyectar varias obras de las incluidas en el conocido como «Plan Felipe», que a principios de los 90 mejoró la circulación en varias ciudades en compensación a la concentración de obras en Sevilla y Barcelona por los fastos de 1992. Con ese dinero —unos 100 millones de euros— se urbanizó buena parte del anillo exterior de Valencia. Entre estas obras estaban las que gestionó Gastaldo, que se retiró hace una década.

El primer lugar en el que su equipo y él decidieron labrar una alcachofa en la piedra fue en la rotonda de Hermanos Machado, en la Ronda Norte. Allí, en el centro de la misma, se levantaron unas piedras en las que se colocó una de estas alcachofas. «Decidimos poner una ´carxofa´ en parte porque somos de Silla y en parte porque la rotonda estaba muy cerca de Alboraia, que es una zona de mucho campo», desvela Gastaldo. El adorno se ha convertido en un improvisado altar donde siempre hay flores de colores. El ingeniero cree que se trata del recuerdo a alguien que sufrió un accidente en el lugar, aunque no descarta, a preguntas de este diario, que se trate de algún homenaje a sus trabajos en la ciudad.

Otra de las alcachofas está en los pretiles del túnel entre Primado Reig y Peset Aleixandre, también en el norte de la ciudad. «No es un sello personal, es un adorno», repite Gastaldo, que asegura que no es habitual que los ingenieros firmen sus obras. Fuentes del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunitat Valenciana han confirmado que no tenían conocimiento de la «firma» de Gastaldo y aseguran que no es «normal» que los ingenieros dejen su impronta en las obras que levantan. Lo curioso del caso es que aunque Gastaldo accedió, la iniciativa fue de sus ayudantes. «Ellos querían ponerlo y yo les dejé», explica el ingeniero.