Las palmeras de Valencia siguen desplomándose. Un aviso a primera hora de la mañana de ayer alertó a los técnicos municipales y al servicio de bomberos de una nueva palmera caída en la ciudad, esta vez en la avenida Maestro Rodrigo. El árbol, de entre 8 y 10 metros de altura, se había derrumbado sobre la calzada, ocupando hasta dos carriles de la vía, sin llegar a provocar ningún tipo de accidente y sin heridos ni daños materiales que lamentar.

Según algunos de los operarios que se encargaron de la retirada de la palmera, una gran cantidad de dátiles yacían en el suelo junto a las palmas y la parte del tronco derribado, con una marcada fractura a una altura media entre la base y la parte alta de la planta.

La características de este último caso se asemejan en gran medida a las de la palmera desplomada en la avenida Ausiàs March durante el pasado jueves. También en esta ocasión, la primera apreciación de los técnicos apuntó a la gran cantidad de frutos que se había amontonado entre las palmas como la causa de la excesiva tensión del tronco, que acabó forzando su fractura cerca de la copa.

De hecho, a raíz de ese desprendimiento, el Ayuntamiento de Valencia comunicó de forma oficial que esta semana ejecutaría un plan de prevención de nuevas caídas, en el que se llevaría a cabo la descarga de los dátiles aglutinados en las palmeras de las grandes avenidas y en aquellas con riesgo de desmoronarse, pese a que todavía no es el momento indicado para recoger esta fruta.

Actualmente, tres brigadas de podadores y jardineros trabajan en esta tipo de labores en la vía peatonal de Gregorio Gea, la zona en la que el martes de la semana pasada se produjo el desplome del primer ejemplar.

El calor y los dátiles

El calor no ha dejado de golpear con fuerza las palmeras de Valencia. La elevadas temperaturas han resecado las fibras del falso tronco de las palmáceas, mientras el peso de los dátiles, todavía verdes, continúa acumulándose en la copa de la planta. La sequedad de esas fibras y el peso de los frutos, que puede alcanzar los 300 kilos, incrementan el riesgo de derrumbes de palmeras, sobre todo si sufren algún estrechamiento en su estructura.

En los últimos ocho días, un ejemplar en la calle Gregorio Gea, otro en Ausiàs March y el de Maestro Rodrigo han caído sembrando la alarma.