El Ayuntamiento de Valencia y la Conselleria de Cutura mantienen bloqueado desde hace casi un año el proyecto de restauración de la escalera del jardín del Parterre cerrada con vallas desde la caida que sufrió un vecino de Valencia en diciembre de 2011. Así se desprende de una respuesta facilitada esta semana por el servicio de Parques y Jardines al citado vecino, Andrés Villar, al que el consistorio se niega a indemnizar por el accidente. Según el citado servicio la escalera recayente a General Tovar permanece cerrada porque está "desnivelada por la potente acción de las raíces del ficus colindante", un ejemplar catalogado, y "precisa actuaciones de obra civil y restauración".

Los técnicos municipales, que responden así al enésimo escrito de denuncia de Andrés Villar por el mal estado de la escalera, apuntan que dada la declaración como Bien de Interés Cultural que tienen los jardines de la Glorieta y el Parterre la restauración "precisa la aprobación" de la Conselleria de Cultura. Según ha sabido este diario, el proyecto de rehabilitación "está redactado", al menos, desde noviembre del año pasado pero las administraciones no le dan curso.

Las raíces del ficus de gran porte han deformado por completo la escalera. Si se restauran los escalones con el tiempo el árbol podría levantarlos de nuevo. El traslado del ficus es poco viable por estar catalogado y cerrar este acceso del Parterre no estaría exento de complicaciones por ser un BIC. Al margen de la complicación técnica, el principal problema es la falta de presupuesto.

Entretanto, el ayuntamiento se niega a indemnizar al vecino que sufrió una caída al resbalar en uno de los peldaños en mal estado con argumentos de lo más peregrinos. A consecuencia de la caída, Andrés Villar sufrió rotura de muñeca en tres zonas y estuvo 180 días de baja. El ayuntamiento ha rechazado la reclamación por responsabilidad patrimonial con el argumento de que en la hora a la que ocurrió el accidente, las 15.30 horas, "había luz para apreciar la irregularidad en el horizontal del peldaño". Destacan, por otro lado, el "carácter habitual del itinerario", es decir, que Andres Villar conocía el camino porque lo hacía con frecuencia para ir a su puesto de trabajo en una fundación de riesgos laborales situada en Cronista Carreres. Con estos argumentos, "poco menos que me culpan a mi de la caída", apunta molesto Andrés Villar.