El 29 de agosto de 1414 fueron aprobadas por el rey Fernando de Antequera y el papa Benedicto XIII las Constituciones de la Cofradía de la Virgen que, abierta a gentes de toda condición social, iba a apoyar a la feliz iniciativa del mercedario padre Gilabert Jofré de construir un "Spital per a Ignoscents, folls e orats", un psiquiátrico, especialidad de la que se carecía entre el abanico de los varios que había en la Valencia de los inicios del siglo XV, institución sanitaria que había sido aprobada cuatro años antes.

Fueron el rey Martín el Humano y el papa Benedicto XIII quienes firmaron en 1410 el Privilegio Real y Bula Pontificia autorizando su creación con el nombre de Hospital de los Santos Inocentes Mártires, más no gustó para nada aquella denominación a los prohombres valencianos que lo fundaron y solicitaron se le cambiara el título por el de "Spital de Nostra Donna sancta Maria dels Ignoscens", lo que haría que la Cofradía, que el próximo año cumplirá 600 años, se llamase "Lloable Confraria de la verge Maria dels Ignoscens".

El 3 de junio de 1493, el rey Fernando el Católico, en otro Privilegio Real, al modificarse y ampliarse las competencias de la Cofradía de la Virgen rectificó el nombre de la misma quedándosele el de "Nostra Donna Sancta dels Ignoscens e Desamparats". De este detalle se percató en 1992 el canónigo e historiador Vicente Castell Maiques y a su sugerencia e iniciativa Valencia celebró el V Centenario de la advocación de la patrona de Valencia y su reino, uno de cuyos frutos fue la restauración integral de la Real Basílica, ésta a iniciativa de la periodista María Consuelo Reyna, planteada en la primera reunión de la Comisión Especial celebrada en el ayuntamiento, que la alcaldesa Rita Barberá, y el rector de la Universidad Politécnica, Justo Nieto, asumieron con agrado inmediatamente. Quien suscribe estas líneas fue testigo de ello.

Sería el rey Alfonso V el Magnánimo, quien, por privilegio firmado el 5 de octubre de 1416, concedió permiso a la Cofradía de la Virgen para esculpir y poseer una imagen de la Virgen María de plata sobredorada o de madera, según las posibilidades que tuvieran, y que no mandaron labrar de inmediato, pues no hay rastro de ella en los libros de la Cofradía hasta 1425, entre otros motivos, porque no han sido encontrados los dos cuadernillos del de Claveriats que podrían hablar sobre ello.

Por esta razón de la construcción de la imagen histórica, de su autor y año de labra, no se sabe nada por el momento, no existe ninguna documentación en el riquísimo, detallado y abundante Archivo Histórico de la Cofradía, aunque sí puede afirmarse que es de comienzos del siglo XV, año antes o después de 1416 en que se dio licencia real para ello, pues los valencianos siempre han tenido la impetuosidad de hacer las cosas y luego legalizarlas. Es posible que cuando recabaron autorización al rey, la Virgen ya estuviera hecha, aunque no aparece como tal documentada en los inventarios hasta el año 1426.

La inexistencia de datos sobre el esculpido de la imagen, con los curiosos que eran los cofrades en todo lo concerniente a los bienes y funcionamiento de la Cofradía, en mi parecer, se debe a la necesidad de otorgarle a su nacimiento un aire mistérico, propio de una sociedad entonces teocéntrica, en este caso a través de la piadosa leyenda de que la imagen de la Virgen fue hecha por tres peregrinos artistas en tránsito por Valencia llegaron un día al hospital y pidieron albergue ofreciéndose a hacer en pago la escultura de la Virgen, popular relato conocido por "la feren els angels".