Síguenos en redes sociales:

Desengancharse será más duro fuera de Bétera

Sanidad cerrará a finales de año la Unidad de Desintoxicacióncon el argumento de que se ha reducido el número de pacientes

Desengancharse será más duro fuera de Béteraefe/kai försterling

De descubrir que las manos sirven para algo más que para sostener una sempiterna copa de alcohol, liar un cigarro de heroína o esnifar una raya de coca y que con los dedos se pueden moldear otros polvos, de arcilla y barro, para recrear el pensamiento en imaginativas o demoníacas formas y figuras con las que evadirse del pellizco de la adicción y dejar pasar las ganas de "volver a meterse", a la nada de una aséptica habitación de hospital. De tener un taller de cerámica y de manualidades, un futbolín, una biblioteca, un ping-pong, un espacio para teatro, campo para pasear y oler el frescor de la vida y trabajar en un huerto a no vestir más que el pijama de hospital y esperar a que pasen los días a golpe de pastilla y cigarros con la única compañía de una televisión de alquiler.

Este es el panorama que se avecina cuando cierre el famoso Pabellón 8 del hospital psiquiátrico de Bétera, donde se encuentra la Unidad de Desintoxicación que es centro referencia en todo el pais, y los pacientes drogodependientes se trasladen a la octava planta del hospital Arnau de Vilanova, donde todavía no se sabe ni el número de camas disponibles ni de espacios anexos. El cambio se preve para mediados o finales de diciembre.

La argumentación viene enlatada en una sola frase: el fin del convenio de cesión entre la Conselleria de Sanidad y la Diputación, una verdad a medias pues el acuerdo entre ambas instituciones que se inició en 2008 con el traspaso de las competencias de Salud Mental a la institución sanitaria finalizó dos años más tarde, en 2010. Voces internas y sindicales apuntan a un desacuerdo que podríaestar vinculado a impagos entre ambas instituciones, aunque de ello no hay comunicación oficial.

"No hay intención por parte de nadie de echarlos" (en referencia a los drogodependientes en tratamiento), declaró a Levante-EMV la diputada Amparo Mora que indicó que la decisión de cerrar la Unidad de Desintoxicación de Bétera corresponde a la propia conselleria. "Parece ser que tienen un sitio adecuado y han empezado a agilizar los trámites para poderse ir", agregó Mora que indicó que la Diputación, por el momento, no tiene previsto hacer nada con ese viejo pabellón que inauguró el doctor Bogani en 1975.

Las cuentas entre las dos instituciones por el uso del edificio se saldan a fin de año: la alimentación de los 22 ingresados, lavandería, limpieza y mantenimiento.

En 2012, el equipo de 21 profesionales, entre los que hay tres médicos, asistió a 303 drogodependientes. La estancia media es de 14 días, porque algunos piden al poco de ingresar el alta voluntaria y otros, que consumen y se saltan las normas, tienen que abandonar el recinto por alta disciplinaria, lo que reduce considerablemente el tiempo de estancia.

La lista de espera es de 5 meses.

Uno de los argumentos que sostiene la conselleria para trasladar a los pacientes de una instalación abierta, donde se puede realizar un trabajo adecuado de deshabituación, a una planta de hospital es la reducción del número de personas que precisan una desintoxicación en régimen hospitalario: de 907 en 2007 a 701 pacientes en 2012.

Sin embargo, fuentes próximas a la Unidad de Bétera apuntan a la "falta de entendimiento" por el uso del pabellón entre las dos instituciones.

Pulsa para ver más contenido para ti