Colectivos vecinales plantan batalla a los bajos turísticos en las fincas residenciales

Entidades como La Mataobras, Entrebarris o Cuidem Cabanyal se movilizan para frenar la proliferación de pisos para turistas donde antes había locales comerciales

Las comunidades de propietarios cambian estatutos para ahuyentar a los especuladores

Carteles para ahuyentar a inversores que quieren construir bajos turísticos.

Carteles para ahuyentar a inversores que quieren construir bajos turísticos. / Loyola Pérez de Villegas

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

«Si tenemos que esperar a que el Ayuntamiento de València decrete una moratoria de licencias para apartamentos turísticos estamos perdidas. La ciudadanía, a través de la organización y de la movilización, puede paralizar la proliferación de los bajos comerciales turísticos». Con estas palabras explica María Alandes, la vecina del barrio de Ayora que impulsó la plataforma vecinal conocida como La Mataobras, la filosofía que mueve a este movimiento ciudadano que ha calado en los barrios de València y que busca frenar la expansión sin control de las viviendas para turistas. Un grupo de colectivos cívicos y sociales se han movilizado y, en algunos casos, han plantado batalla judicial y social a la expansión descontrolada de alojamientos turísticos en los barrios de la ciudad.

«La autodefensa vecinal» es el camino para luchar contra la turistificación y la gentrificación, subraya esta activista, que lleva meses acudiendo a foros vecinales de toda clase para explicar y compartir experiencias con residentes de barrios como el Cabanyal, la Saïdia, Ayora, Russafa o la Isla. 

Por su parte, Entrebarris ha puesto en marcha una campaña en redes sociales en la que llama a los ciudadanos a «crear contrapoder» y enfrentarse a un modelo de ciudad «que nos precariza y nos expulsa».De hecho, en las últimas semanas han celebrado asambleas en Benimaclet y Ciutat Vella, por citar algunos ejemplos, y están preparando una gran manifestación de protesta como la celebrada hace poco en Canarias.

Ayer mismo, l’Associació Veïnal Cuidem Cabanyal-Canyamelar inauguró un punto de información vecinal «para personas afectadas por las viviendas turísticas». 

Este punto vecinal, tal como señalan sus responsables, «es una ayuda para canalizar acciones que te protejan de obras o de viviendas turísticas». En su web oficial, este colectivo advierte: «Sabemos que hay muchas -viviendas turísticas- no regularizadas. Hemos denunciado muchas, pero cada día detectamos nuevas. No damos abasto.»

En el barrio de Ayora, un grupo de residentes de la finca ubicada en la calle Poeta Mas y Ros 108 está en un litigio judicial con la empresa que ha construido unos apartamentos turísticos de forma presuntamente ilegal en su inmueble. En algunas viviendas se han colocado unos carteles en los que se avisa que en esta finca se han cambiado los estatutos de la comunidad de propietarios para que en el edificio no se puedan instalar pisos turísticos. Esta es una vía judicial, afirma María Alandes, que una sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba ha avalado frente a la expansión de alojamientos para turistas sin control. El fallo determina que si lo acuerdan 3 quintas partes de la comunidad se puede impedir que se instale un piso turístico en la finca, basándose en que un artículo de la Ley de Propiedad Horizontal habilita para limitar la actividad turística en los edificios residenciales.

El movimiento ciudadano contra los abusos derivados del turismo «low coast» y de borracheras, o contra las despedidas de soltero en Russafa, explica que en el mes de mayo ya se hayan programado actos vecinales informativos contra la turistificación y a favor del derecho a la vivienda en Nazaret, la Cruz Cubierta y l’Amistat, en una mesa redonda que se celebrará en un centro de la calle República Argentina. En definitiva, hay un clamor cívico y vecinal para frenar la especulación y la gentrificación en los barrios de la capital valenciana.