El pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer los presupuestos generales para el año 2015 reiterando el PP su creencia de que se trata de unas cuentas sociales pensadas para salir de la crisis y con toda la oposición en contra criticándole que no respondan a los problemas sociales ni a los problemas de empleo. Para el portavoz de Compromís, Joan Ribó, son la radiografía de la «pésima herencia» que va a dejar el PP cuando pierda las elecciones del próximo mes de mayo.

Más allá de perderse en partidas de jardines, gasto corriente, ingresos o deudas, los grupos de la oposición atacaron las cuentas del año que viene (738 millones de euros) por no atender los problemas de los valencianos y en concreto el paro. «Ustedes no atienden lo que les pide la ciudadanía, no cumplen con las necesidades sociales ni reactivan la economía», dijo la concejala de EUPV Rosa Albert, quien añadió que «frente a los desahucios, compran casas para derribarlas», en alusión a los 700.000 euros que gastarán en el Cabanyal.

«El 31% de la población está en riesgo de exclusión social», recordó, por su parte, la concejala Consol Castillo, del grupo Compromís, quien aseguró, refiriéndose al PP: «Ustedes no viven en la realidad de esta sociedad».

Siempre dentro de este marco, otro de los ejes del debate fue el empleo y sus formas de abordarlo, aspecto al que dedicó gran parte de su intervención el portavoz socialista Joan Calabuig. Según dijo, en lo que va de legislatura se ha pasado de 82.400 a 95.600 desempleados y de 20.100 a 34.300 hogares donde todos sus miembros están en paro, todo ello «sin que desde el equipo de Gobierno haya habido respuesta alguna». Muy al contrario, el presupuesto de empleo está congelado, dijo.

Para Calabuig, por tanto, «estos presupuestos no sirven para dar respuesta a la crisis y a la desigualdad. La desconexión con la realidad de la ciudadanía es cada vez más clara sentenció».

Al término de su intervención, la alcaldesa de Valencia le preguntó al portavoz socialista si vivía en Valencia y éste le replicó si vivía ella, en alusión ambos a su correcta visión de la realidad. El propio concejal de Hacienda, Silvestre Senent, ironizó con la «situación trágica y melodramática» que presentó el portavoz socialista.

A su juicio, los presupuestos de 2015 tienen un marcado carácter social y prueba de ello son los 181 millones del apartado de bienestar social. Y por lo que se refiere al paro destacó la partida de cinco millones del año que viene, advirtiendo de que el empleo lo crean las empresas y no las administraciones.

Para Senent, se trata de unos presupuestos «austeros y responsables» que aumentan las inversiones un 36% y que rebajarán la deuda a finales de 2015 a 728 millones de euros, algo parecido a lo que había en el año 2006, antes de la crisis.

Precisamente, esta situación fue la que permitió a Joan Ribó hablar de la «herencia» que el PP dejará a la izquierda cuando pierda las elecciones en el mes de mayo. Recordó el portavoz de Compromís que Rita Barberá, al llegar al cargo en 1991, se quejó de que hubiera una deuda del 80% y que la hipoteca llegara hasta 2013, pero ahora la deuda es del 106% y los pagos están aplazados hasta 2033. «Nos deja una pésima herencia, mucho peor de la que le dejaron a usted», concluyó Ribó, aunque Rita Barberá no pudo quedarse callada en este punto y al final le pidió que no se preocupara porque no le dejarían nada.