Con la justificación de que un montón de turistas caminando por los pasillos donde cada día se afanan cientos de funcionarios, profesores o religiosos, hasta 11 bienes de interés cultural (BIC) de la ciudad no tienen el régimen de visitas que marcan las leyes tanto nacionales como autonómicas. Así lo denuncia Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, que ha exigido al Síndic de Greuges que medie con la Conselleria de Cultura para que los edificios históricos de la ciudad puedan ser visitados por los vecinos.

Actualmente, sólo cuatro BIC de Valencia cuentan con régimen de visitas, aunque conseguir una cita para verlos por dentro es toda una aventura, según explican desde Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. Es el caso del Palau de la Generalitat. Se puede visitar en horario de oficina, pero desde el propio Palau, aseguran desde la entidad que dirige César Guardeño, pueden cambiar la hora de visita en cualquier momento «por exigencias de la agenda del presidente» del Consell. Además, los grupos tienen que ser como mínimo de 10 personas. Otro BIC que se puede visitar es el Teatro Principal, que no tiene un régimen como tal pero puede ser admirado «cuando los visitantes compran una entrada para las funciones» que se representan en el palacio de la calle Barcas. El palacio del Marqués de Scala, junto a la Diputación de Valencia en la plaza de Manises, se puede visitar previa reserva por correo electrónico adjuntando una fotocopia del DNI, lo que dificulta la reserva «para las personas de mayor edad». El otro BIC que se puede admirar desde su interior es el palacio del Jardín de Monforte, pero únicamente cuatro días al mes y porque hay una sentencia del Tribunal Superior de Justicia tras una denuncia de la Asociación de Amigos del Jardín Valenciano (Ajava).

Así las cosas, son hasta 11 los BIC de la ciudad que no se pueden visitar. En todos los casos, los gestores o encargados de los palacios aducen que las visitas impediría o entorpecerían los quehaceres diarios de los funcionarios que trabajan en los inmuebles. El palacio de los Català de Valeriola, en la plaza de Nules, es sede de la Conselleria de Industria y no tiene régimen de visitas. Tampoco lo tienen el palacio de los Almirantes de Aragón, sede de la Conselleria de Hacienda, o el del Marqués de Huarte, donde se encuentra un conocido banco en la calle Barcas. El palacio de los Escrivà, propiedad privada, tampoco se puede visitar, en una situación idéntica a la del Palacete del Jardín de Ayora, que aunque hoy está cerrado, no tenía régimen de visitas cuando estaba abierto. El Palacio de Justicia está cerrado al público, y sus gestores insisten en la actividad judicial de la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

En lo referente a los colegios, o sus gestores dan la callada por respuesta o inciden, también, en el día a día del edificios. Es el caso del conjunto de las Escuelas Pías, en la calle Carniceros del barrio de Velluters, o el antiguo colegio y capilla de San Pablo, que hoy alberga el IES Lluís Vives en la avenida Marqués de Sotelo.

La Iglesia tampoco abre algunos de sus BIC más reconocidos, como el Real Monasterio de la Santísima Trinidad, que organizó visitas guiadas hace dos años pero ahora las ha cancelado, o el Monasterio del Temple, que está en obras y es sede de la Delegación de Gobierno.