Matar dos pájaros de un tiro. Eso es lo que han pensado los vecinos de Campanar al lanzar una idea al consistorio y al arzobispado para que ubiquen la estatua de Juan Pablo II en la misma plaza dedicada al pontífice, que se encuentra situada en este barrio. Sin embargo, de entrada, solo habría un problema: el estado de «abandono» en la que se encuentra la misma desde hace décadas. Por ello, la asociación de vecinos de Campanar exige al ayuntamiento que «acondicione» una plaza convertida hace años en un «descampado» donde aparcan los coches, para luego «ubicar allí la estatua dedicada al pontífice».

Y es que la escultura „sufragada por los fieles desde 2010 con 71.300 euros„ está a punto de llegar a Valencia, pero aún no tiene ubicación. Ésta será acordada por parte del ayuntamiento y del arzobispado. «Parece lógico que la estatua de alguien se ubique en el mismo lugar donde tiene una plaza dedicada», afirmaron los vecinos de Campanar. Sin embargo, «tenemos experiencia en monumentos deslocalizados como la escultura de José Ribera (en la Plaza Teodoro Llorente); el monumento a Teodoro Llorente (en la Gran Vía Marqués del Turia); el monumento a Joaquín Sorolla (en la avenida Reino de Valencia) o el de Vicente Blasco Ibáñez en la plaza dels Portxets».

Independientemente de que la obra de arte se ubique donde decidan las autoridades, la asociación de vecinos aprovechó la oportunidad para reclamar una plaza que aún está pendiente de expropiar y ajardinar desde que se realizara el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en 1988.