El Ayuntamiento de Valencia empezó ayer a funcionar oficialmente con la aprobación en un pleno extraordinario de la nueva organización municipal, composición y reparto competencias así como el régimen de retribuciones de los concejales y del alcalde, Joan Ribó, que se bajará el sueldo un 20%. La nueva corporación se regirá por un gobierno tripartito a tres voces (Compromís, PSPV y Valencia en Comú), donde para evitar reinos de taifas se han creado nueve macroconcejalías de las que dependerán casi medio centenar de delegaciones, que estarán en manos de concejales de distintos partidos, algunas de nuevo cuño como la de Huerta y Agricultura. Otras delegaciones, en cambio, se han suprimido en otras áreas como la de alumbrado, una de las que más presupuesto manejó durante el mandato del PP en la ciudad.

El portavoz socialista y teniente alcalde, Joan Calabuig, valoró el nuevo esquema del ayuntamiento y dijo que es «más vertical» y responde a criterios de «cercanía y eficacia». Calabuig, que llevará el área de Sostenibilidad Económica y Turismo, explicó que el nuevo ayuntamiento tiene ahora «una estructura más reducida y menos costosa». Se han creado cinco nuevos servicios pero se han suprimido cuatro, cinco oficinas técnicas y una sección. Calabuig aseguró que en el nuevo gobierno no se darán situaciones como la acumulación de hasta 11 delegaciones en una misma persona, como era el caso de la vicealcaldía durante el mandado de Rita Barberá.

El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, sin embargo, no cree que la nueva superestructura del gobierno municipal sea operativa. «Es una organización muy compleja» que puede «generar confusión» en el ciudadano a la hora de acudir al ayuntamiento. En una comparencia a tres bandas del alcalde y sus socios de gobierno, Joan Ribó, aseguró que el nuevo gobierno ya ha empezado a trabajar y señaló como cuestiones prioritarias el barrio del Cabanyal.

A preguntas de los periodistas, Ribó adelantó que el ayuntamiento va a cumplir «rigurosamente y con cariño» la Ley de Memoria Histórica, y que en el plazo «más rápido posible» estudiará el cambio de la nomenclatura de algunas calles con nombres de personas relacionadas con el franquismo, en la misma línea que han anunciado otras ciudades como Madrid. «Es evidente que lo vamos a cambiar»,, subrayó Ribó, quien recordó que fue él quien propuso, en la anterior legislatura, que Francisco Franco dejara de ser Alcalde Honorario de la ciudad, algo que se llevó a efecto a golpe de sentencia en 2012.

El portavoz del PP, Alfonso Novo, pidió al nuevo gobierno «que se ponga a funcionar y se deje de competiciones y equilibrios de poder» y advirtió de que el nuevo gobierno municipal todavía no ha designado a los alcaldes pedáneos. La corporación acordó ayer la declaración de incompatibilidad de los concejales Manuel Camarasa y Narciso Estellés, de Ciudadanos y Maite Girau, del PSPV, funcionarios que deberán solicitar excedencia.

En el pleno se renovaron los consejos de Administración de la EMT y de Aumsa. Los nuevos consejeros de la EMT serán Giusseppe Grezzi y Pilar Soriano por Compromís, Vicent Sarrià (PSPV), Jordi Peris (València en Comú), Alberto Mendoza (PP) y Alejandro Fernández Checa y Narciso Estellés, de Ciudadanos. En Aumsa se sentarán Glòria Tello y Grezzi (Compromís), Vicent Sarrià , María Oliver (VLC), Alfonso Novo y Mendoza del PP, y Fernando Giner (Cs).