Son restaurantes, pero cuando pasan las doce de la noche parecen pubs o discotecas. De hecho, su horario de cierre es a las tres de la madrugada desde que este año la Conselleria de Gobernación ampliara el horario de clausura una hora y media, al tratarse de locales ubicados en espacio Marítimo Terrestre. Se trata de los restaurantes ubicados en la dársena de la Marina Real, junto al edificio Veles y Vents, que, ahora sí, deberán cumplir a rajatabla el horario de cierre reducir la potencia de la música ya que el ayuntamiento está decidido a vigilar este espacio para eliminar los problemas de convivencia que ha generado el botellón en la fachada marítima.

Así lo aseguró ayer la concejala de Seguridad Ciudadana, Sandra Gómez y el concejal de Licencias y Ocupación de la Vía Pública, Carlos Galiana, tras mantener una primera «toma de contacto» con el director general en funciones de la Marinan Real, Fernando Soriano. Sin embargo, la denuncia de la Marina Real en esta primera reunión fue clara: el botellón comienza a ser un «grave» problema en la Marina Real. Por ello, el ayuntamiento revisará las licencias concedidas y vigilará tanto el horario de cierre de los locales como las molestias acústicas que puedan generar para que la música sea «más ambiental».

«Desde la Marina Real nos han transmitido el problema que existe y vamos a trabajar de forma conjunta. Al parecer hay locales que incumplen el horario y aunque tienen licencia para restaurantes, a partir de las doce de la noche se convierten en pubs o pseudodiscotecas que implican aglomeraciones, botellón en las zonas verdes y desperfectos en el mobiliario del Consorcio por vandalismo», explicó ayer Sandra Gómez. Y puntualizó: «No se trata de reducir el horario, sino de que pongan una música distinta, ambiental y moderada que no moleste a nadie y permita a sus clientes tomarse una copa, dos o tres, tranquilamente. Para eso se concedieron las licencias, y sin embargo, las denuncias que acumula la policía loca al respecto son demasiadas». Para ello, los concejales aseguraron ayer que deben trabajar en colaboración con la Generalitat Valenciana porque las competencias «están repartidas» aunque el ayuntamiento ya está estudiando «cómo abordar este tema de forma autónoma» ya que el problema se ha incrementado este año al contar los locales con permiso para cerrar una hora y media más tarde.

Otro modelo de ocio nocturno

Acabar con el botellón de la playa es otro cantar. «En Valencia se ha establecido una cultura del botellón que hay que cambiar, pero llevará tiempo e implicará campañas de concienciación y alternativas de ocio para los jóvenes. Una cosa es salir, y beber... y otra es salir a beber. Todo el equipo de Gobierno va a trabajar en ello porque es un problema que se repite en todos los barrios», explicó Carlos Galiana.

En las zonas cercanas a las discotecas ubicadas frente al paseo marítimo las denuncias de los vecinos se acumulan. «Hay molestias de ruidos, peleas, vandalismo... Es un problema de concienciación y hay que trabajar en ello porque hay, incluso, un hospital en medio de una zona de botellón que cuenta con enormes problemas», concluyó la responsable de Seguridad Ciudadana.