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Fallas

Dos de las comisiones más antiguas de la ciudad inician los trámites para su fusión

Mercado Central, que no tiene casal; y Pintor Domingo, con un censo limitado, deberán votar en los próximos días si acceden a constituirse en una única falla - Conservaría el número uno del censo del Mercado y uniría las dos denominaciones

Dos de las comisiones más antiguas de la ciudad inician los trámites para su fusión

El mundo de las fallas puede asistir en las próximas semanas a un acto que no se produce desde hace 17 años y que muchos consideran como necesario para el futuro: una fusión de fallas. Pero además, protagonizada por dos de las comisiones más antiguas de la ciudad y, en el caso de una de ellas, de las más galardonadas de la historia. Se trata de las del Mercado Central (fechada en 1797, aunque los estudiosos ponen en duda esta «edad») y Pintor Domingo-Guillem de Castro (con dos fechas: 1885 y 1890). Dos auténticos testigos de la historia de la fiesta, con más de 125 años de existencia en ambos casos.

Las fusiones sólo se llevarán a cabo en la fiesta cuando haya una verdadera necesidad de las mismas. La sociedad fallera es lo suficiente conservadora e individualista como para no dar ese paso si no es por obligación. En este caso confluyen esas necesidades. El Mercado Central, como ya se informó la pasada semana, se ha quedado sin casal después que finalizara su alquiler histórico. Y Pintor Domingo tiene muchos problemas de supervivencia por su reducido censo. De hecho, hace ahora once meses celebraron una junta extraordinaria para decidir si disolvían o no la comisión. Finalmente decidieron continuar. Pero tienen casal. Es un local suficiente como para poder reunirse el grupo unificado durante el año, ya que en la semana de fallas estarían en carpa. El potencial social y económico de una comisión de Sección Especial se encontraría con las facilidades de local que disfruta la más pequeña y el censo unificado hasta más de 150 adultos. Y a esto hay que añadir dos factores no menos importante: entre ambos grupos humanos hay una excelente relación y, geográficamente, están extremadamente cerca una de otra desde que Pintor Domingo pasara a plantar en un pequeño solar que hay detrás de la iglesia de los Santos Juanes.

El proyecto significaría crear la comisión Mercado Central-Pintor Domingo. Y ya se han evacuado las consultas a la Junta Central Fallera, que les han dado las pautas a seguir sin cometer errores administrativos o jurídicos.

Para poder llevarla a cabo primera ha de ser aprobado, por separado, por las juntas generales extraordinarias de cada comisión. Y, preferiblemente, con una mayoría más que cualificada „para evitar que hubiera un cambio de planes al año siguiente y desde una de ellas se planteara la desunión„. Después habría de celebrarse una nueva junta de constitución. Y, en todo caso, luego se debe ratificar por la asamblea de presidentes, trámite que no debería suponer ningún problema.

Entre medio está el nudo gordiano: el «contrato» de unión entre ambas asociaciones. En él debe quedar plasmadas las consecuencias de la fusión. Especialmente importante „aunque ya está en proceso de negociación- estaría la resolución del casal, que está a punto de cancelar el crédito. También hay que poner en negro sobre blanco la constitución de la nueva directiva.

Incluso en el plano emocional hay aspectos a considerar en una fusión. En este caso, la antiguedad sería la de Mercado Central que, de esta manera, seguiría siendo la comisión número uno del censo. Quedaría vacía la de Pintor Domingo, que es la 91. Y aunque en principio se pudiera funcionar con los dos estandartes, resulta coherente crear un nuevo distintivo con elementos heráldicos de ambas. A partir de ahí empezaría una nueva vida.

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