Entre las calles Camp de Túria, Marina Alta, Canal de Navarrés y Marina Baixa, junto al hospital Arnau de Vilanova y el Palacio de Congresos, está uno de los jardines más modernos de Valencia y también uno de los más desconocidos, pues se trata de una zona de nueva expansión, todavía poco poblada y situada, en última instancia, en la periferia de la ciudad.

Se trata del Jardín de Polifilo, un espacio de 40.000 metros cuadrados (como cinco campos de fútbol) construido en 1999 bajo la inspiración del libro de Francesco de Colonna «Sueño de Polifilo».

El parque, de forma octogonal, está diseñado a base de paseos rectos, grandes zonas de césped para el recreo y al menos tres hitos importantes que salpican el jardín. El principal es el llamado Estanque de los Naranjos, una lámina de agua salpicada de arbolado. En el centro, al que se accede por una pasarela, hay una isla cubierta por una pérgola rellena de rosales, un lugar ideal para el descanso y la reflexión.

Otro de los lugares emblemáticos es la «Montaña Sagrada», desde la que se puede contemplar todo el parque y también los «rascacielos» que hay en un lateral del jardín. Y acabamos con el denominado «Guardián de los Huertos», un espacio situado en una depresión del parque en el que se recrea el huerto de naranjos que había allí antes de ser el jardín que es hoy.

El resto del parque se lo dividen la plaza de los Sentidos o la plaza de los Cipreses, que sirven de cruce de caminos a los vistosos paseos que irradian del estanque central.

Como otros muchos parques de la ciudad, el Jardín de Polifilo está vallado y tiene un horario de visita de 9 a 19 horas en invierno. Y uno de sus principales mermas es que no dispone de servicios de restauración o espectáculos. Eso sí, es un excelente lugar para pasear, hacer deporte y disfrutar del silencio y la tranquilidad de la naturaleza. La línea 62 de la EMT lleva hasta la misma puerta.