El ejemplar nace directamente entre los ladrillos que conforman la pasarela y los usuarios de esta zona del cauce del Turia lo observan con curiosidad. Las ramas más altas del árbol ya se pueden ver desde la parte superior del puente. Esta pasarela es una de las más recientes de la ciudad. Obra del ingeniero municipal Arturo Piera, realizado entre 1941 y 1948 de principios del siglo XX, fue adornado con farolas de estilo parisino pocos años después. Desde entonces es una de las pasarelas más transitadas de la ciudad. El tráfico al que está sometido el puente, tanto sobre él como en el cauce del Turia, no ha impedido que un árbol crezca de entre los sillares de la pasarela.