Ante una catedral abarrotada pero sin representación del Ayuntamiento de Valencia, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares puso en valor a los mártires cristianos durante la celebración de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad.

El prelado recordó que el cristianismo «no comenzó con un revolucionario, sino con un mártir», recalcó Cañizares, que precisó que el plus de libertad «que debe la humanidad a los mártires es infinitamente mayor que el que hayan podido aportar los revolucionarios de la historia». El cardenal hizo hincapié en que los cristianos han de estar «preparados y dispuestos siempre para el martirio, también en los tiempos que corren, como estamos viendo, a veces impasibles, en tantísimos hermanos nuestros, de tantas maneras».

El purpurado lamentó en su homilía que en Occidente se haya perdido, en su opinión, «la disponibilidad hacia el martirio, lo que contrasta con los miles de mártires que vemos hoy en Asia y Africa». Además, «hay muchas formas de martirio, también con la lengua, con las acusaciones en medios de comunicación, con el desprecio que se hace de la fe, también, eso hemos de tenerlo muy presente», apuntó.

De esta manera, «ante un mundo como el nuestro que de tantas maneras y tan sutiles penaliza la fe de la Iglesia, ante tantos poderes que acusan y condenan a la Iglesia y a los cristianos», el cardenal defendió que «aceptar el calificativo de cristiano es declararse dispuesto al martirio, a morir por la fe; cristiano y mártir significa en realidad lo mismo».

El titular de la archidiócesis de Valencia definió el martirio como «un espacio en la fe creado por Jesucristo para la libertad de conciencia, en cuyas fronteras se detiene todo poder y se anuncia la libertad de la persona que trasciende todos los poderes».

Al término de su homilía, el cardenal Cañizares manifestó que «ni la Iglesia, ni España, ni el mundo pueden olvidar a los mártires, testigos eminentes de la caridad y santidad de la Iglesia», y manifestó que la Iglesia «sólo podrá convencer a los hombres en la medida en la que sus predicadores estén dispuestos a dejarse la vida. Su lucha sólo puede ser siendo la lucha de los que se dejan derramar su sangre».

En la misa participaron en los primeros bancos el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues; el vicealcalde de Valencia, Joan Calabuig „que acudió a título personal pero que se ubicó en el primer banco, explicó, como invitado del Arzobispado„ y varios concejales del Ayuntamiento de Valencia; así como la presidenta del PPCV, Isabel Bonig; el teniente general Rafael Comas; el general jefe de la Guardia Civil en la C. Valenciana, Fernando Santafé; el rector de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, Ignacio Sánchez Cámara, así como responsables de las distintas entidades vicentinas.