Los responsables del Ciclo Integral del Agua se reunieron ayer con los pedáneos de Benifaraig, Borbotó y Carpesa para definir su actuación respecto al suministro de agua en estas pedanías. Y por lo pronto, la decisión es esperar unos meses a que se resuelva el contencioso sobre la propiedad del pozo y la concesión del suministro para, con esas sentencias en la mano, celebrar reuniones informativas con los vecinos y, en su caso, proceder judicialmente contra quienes no pagan, que son «el 2 o el 5 por ciento» de las 1.500 acometidas censadas.

Como viene informando este periódico, en el año 2014 el Ayuntamiento de Valencia tomó el pozo que suministra el agua a las tres pedanías y encargó a Emivasa el suministro a las mismas. La cooperativa que los gestionaba, Les Llosetes, quedó prácticamente desarticulada y con una deuda de 350.000 euros a Valencia por las aportaciones que le había hecho en los últimos años.

No obstante, la primitiva sociedad del Pozo de San Isidro Labrador asegura seguir teniendo la concesión del suministro y ser la legítima propietaria del pozo, por lo que está pleiteando con la Confederación Hidrográfica del Júcar y con el ayuntamiento para recuperar el suministro. Algunas decenas de vecinos, sobre todo de Benifaraig, se niegan incluso a pagar sus recibos.

En la reunión de ayer se pusieron estos datos sobre la mesa y aunque aseguran que el asunto está ganado, decidieron esperar a tener una resolución para actuar contra ellos. Primero harán reuniones informativas y posteriormente, si estos vecinos siguen resistiéndose a pagar, procederán contra ellos por todas las vías. Si hasta ahora no les han cortado el agua es para no provocar más crispación, ya que existen también denuncias contra algunos vecinos que obstaculizan la labor de Emivasa.