Bankia y el Ayuntamiento de Valencia maduran un acuerdo para la rehabilitación integral de la alquería Julià, declarada Bien de Interés Cultural y en grave estado de abandono y deterioro. La entidad baraja distintas posibilidades para «dar utilidad» a esta alquería para la que el ayuntamiento habría propuesto un uso como dotación cultural de ciudad. En todo caso, las fuentes de Bankia consultadas destacaron que «no vamos a dejar que caiga la alquería». La solución para este edificio se anuncia inminente.

Los vecinos han propuesto que el edificio, ubicado a pocos metros de la antigua cárcel modelo y actual complejo administrativo 9 d´Octubre, se destine a biblioteca. El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, quien ha negociado directamente con los responsables de Bankia para que asumieran su responsabilidad con la conservación del edificio, asegura que más que el uso «lo importante es que se ejecute la rehabilitación integral del edificio», sobre el que el ayuntamiento ya ha abierto un expediente de ruina y ha dado orden de intervenir para reparar las grietas y el deterioro de la fachada principal. Sarrià confía en que Bankia, «una entidad que ha recibido millones de euros pagados por todos los ciudadanos para su rescate», dé un uso dotacional al edificio, que en todo caso «será dotacional privado. «Es una muy buena noticia que después de años de abandono haya una voluntad explícita por parte de Bankia para rehabilitar esta alquería».

La alquería Julià esta grafiada como dotacional en el PGOU por lo que al ayuntamiento tendría que haber procedido a su expropiación. Una opción que el gobierno, acuciado por el agujero negro de las expropiaciones en la ciudad, descarta argumentando que el barrio de Nou Moles, ya tiene cubiertas las necesidades de dotaciones educativas y sociales.

Vicent Sarrià, que en la pasada legislatura reclamó insistentemente al gobierno de Rita Barberá que instase a Bankia a intervenir en el edificio y frenar su degradación, se ha reunido en varias ocasiones en lo que lleva al frente de la Concejalía de Desarrollo Urbano con los responsables de Bankia en Valencia, presionando para que rehabiliten la alquería. Bankia ha planteado sin éxito al consistorio que comprase el edificio y posteriormente ofreció una permuta.

Ante los requerimientos del ayuntamiento y la amenaza de multa por la ruina del inmueble, Bankia ha movido ficha y ha solicitado ya una primera licencia de intervención que está pendiente del informe favorable de la Dirección General de Patrimonio.

Denuncias de los vecinos

Las denuncias continuadas de los vecinos de Nou Moles, de las entidades en defensa del patrimonio histórico y de los medios de comunicación sobre el abandono del edificio, que hace años dejó de funcionar como colegio por no reunir las condiciones, también habrían forzado a la entidad a actuar.

La alquería Julia, de estilo tardoherreriano, destaca por su portada barroca y su jardín que a pesar de estar fragmentado es uno de los pocos ejemplos de huerto valenciano histórico que quedan en la ciudad. El jardín, cuya construcción es anterior a la del jardín de Monforte, conserva trazas del siglo XVIII y la bajada del desaparecido embarcadero. La cancha de baloncesto que se hizo en el jardín dio al traste con buena parte de la trama.

La alquería Julia está cargada de simbolismo y fue testigo de hechos históricos. En la azotea de la torre mirador estuvo el mariscal napoleónico Suchet, luego Duque de la Albufera, dirigiendo el ataque para la ocupación de Valencia. En 1837, el pretendiente Don Carlos contemplaba desde la torre la ciudad inalcanzable que sus tropas no llegarían a tomar.

En 1840, Isabel II pasó allí la noche del 17 octubre cuando en el palacio de Cervelló se producía la renuncia al poder de la reina María Cristina.