El día de la Asunción de la Virgen, más conocido como el día de la Virgen de Agosto, tiene, amén de la procesión de la «Dormición de la Virgen» y la misa, dos acontecimientos entre lo humano y lo astral. Se trata del volteo de campanas y de la entrada de los rayos solares en la «sala de la prisión», la única vez en todo el año que la luz solar entra directamente dentro del Micalet.

Todo parece indicar que los arquitectos de la catedral, dedicada a la Virgen de la Asunción, construyeron una ventana en la citada sala, situada en el segundo cuerpo del Micalet, de tal manera que los rayos solares sólo entraran en su interior el 15 de agosto. Se trataría, pues, de un recordatorio y homenaje natural a la Asunción de la Virgen, evento que todos los años pone en valor el Arzobispado de Valencia con una visita organizada.

Ayer, el alineamiento del sol con la pequeña ventana gótica de la Sala de la Prisión se produjo a las diez de la mañana con una duración aproximada de 15 minutos. «Los rayos del sol entran de forma directa y vertical debido a la orientación que se le dio a la ventana al ser construida en el siglo XIV», explicó el coordinador de la Asociación de Campaneros de la Catedral de Valencia, Francesc Llop.

Una vez en el interior de la sala «la luz forma en la zona central del suelo un rectángulo luminoso de algo más de tres metros y medio de largo que ayer, a las 10.10 horas, aproximadamente, contaba ya con cuatro dedos de altura», relató.

También Llop es el máximo responsable del volteo de campanas que también todos los años se hace en el Micalet a las 12 de la mañana el día de la Virgen de Agosto. Visto de cerca puede decirse que voltear a mano las doce gigantescas campanas del Micalet son un «deporte de riesgo», por eso Llop reivindica este trabajo, voluntario y no remunerado, como una auténtica profesión. «Hay que pensar que la campana pequeña, la Úrsula, pesa 175 kilos y que la más grande, la María, pesa 2.500 kilos, así que este trabajo no se aprende en un fin de semana», explicó Llop, que entiende que no se pague a los campaneros debido a lo esporádico del trabajo pero que puso en valor su función como elementos esenciales de la fiesta y como conservadores del patrimonio.

Partitura de 1605

En la actualidad, la asociación tiene unos 30 miembros y en el día de ayer acudieron 8 a tocar una partitura de 1605, un trabajo que se prolongó por espacio de casi una hora y que viene a anunciar simplemente que «es un día de fiesta». «No anunciamos más que estamos en un día especial», dijo el maestro campanero.

El repique tuvo un episodio anterior en vísperas de la fiesta y también ayer por la tarde durante la procesión.