Los vecinos del Perellonet, sobre todo los que viven más próximos a la gola del Perelló, viven todavía con el susto en el cuerpo. La semana pasada, durante las tormentas que recorrieron todo el litoral valenciano, un rayo reventó la cornisa de un edificio, destrozó todos los aparatos eléctricos y causó daños, por la caída de cascotes, en tres vehículos. Incluso en los edificios próximos la «bomba atómica», como llaman los vecinos al incidente, se produjeron daños.

Tal como ha confirmado Laura Felip, alcaldesa pedánea del Perellonet, en toda esta franja litoral sólo hay dos pararrayos colocados en la urbanización Vicoman. El resto no tienen estas protecciones y como consecuencia de ello ya se han producido algunos incidentes. Hace unos años cayó otro rayo en este mismo edificio Kenskoff, situado en primerísima línea de playa, y en el año 2010 un rayo alcanzó a un pescador de 55 años en el espigón más cercano.

Ahora, el rayo ha caído en la terraza, entrando por la antena de televisión y partiendo la cornisa superior. Todos los aparatos eléctricos fueron quemados por la descarga (50 viviendas) y los cascotes de la cornisa rompieron algunas antenas y dañaron tres coches. También se averió el ascensor, lo que impidió durante cuatro días la salida de un chico con movilidad reducida.

«Fue como una bomba nuclear. Un ruido impresionante», dice un vecino de la zona. «Yo oí el crujido y salí corriendo sin saber que hacer», dice otro. Y en el propio edificio una vecina explicó que se había quemado todo y que ya estaba trabajando, como el resto de vecinos, con los seguros.

Ninguno de ellos dice conocer la existencia de pararrayos en la zona, pero ahora es momento de replanteárselo, admiten. La propia alcaldesa, Laura Felip, explicó que los afectados ya han comentado la posibilidad de instalar uno.