La denuncia del caos de circulación que se produce cada día, y se acentúa los fines de semana, en el entorno del Mirador del Pujol a l´Albufera sólo ha obtenido por ahora una medida real, más allá del compromiso verbal de actuar en la zona: la imposición de multas por parte de la Guardia Civil en el entorno del embarcadero, según confirman a Levante-EMV vecinos de la zona.

Los agentes de la agrupación de Tráfico ya intervenían en este punto problemático para la seguridad vial en la CV-500 mediante la instalación de conos en el centro de la calzada para impedir que los coches hicieran cruces indebidos en los dos carriles junto al mirador. E intentaban regular el caos circulatorio de coches aparcados en el arcén y peatones cruzando este tramo de carretera por donde está permitido circular a 80 kilómetros por hora. No en vano este tramo, incluido en los cuatro kilómetros de distancia entre el desvío a El Palmar y la rotonda donde confluye la carretera hacia Alfafar, el final o inicio de la autovía y uno de los accesos a El Saler es el más transitado de toda la CV-500. Un total de 16.310 vehículos circularon cada día por este tramo en 2015, una cifra ligeramente inferior a la intensidad media diaria (IMD) de 2011 cuando se contabilizaron un total de 18.872 coches al día.

Pero ahora la Administración ha decidido pasar a la acción y la «consigna» trasladada es «poner orden» en el entorno del Mirador del Pujol mediante la imposición de multas a todos los conductores que aparquen de manera irregular en el arcén en respuesta a la «publicación en prensa», según han admitido algunos agentes de tráfico a vecinos de la zona.

Es, por ahora, la única solución adoptada al respecto. La Conselleria de Obras Públicas se ha comprometido a aplicar un «plan de choque» para «pacificar el tráfico y reducir la velocidad» en el tramo de la CV-500: entre el acceso al antiguo Sidi Saler y el pueblo de El Palmar. Aunque el plazo previsto para esta intervención era el «último trimestre de 2016». Hasta entonces, el Mirador del Pujol seguirá con sus escasas 14 plazas de aparcamiento, sin carril bici ni paso de cebra para los peatones.