La subida del Impuesto sobre Bienes e Inmuebles (IBI) a los grandes comercios de Valencia continúa sin poner de acuerdo a Compromís y PSPV, los dos partidos del Govern de la Nau que tratan de hacer buena su tesis. Mientras el alcalde Joan Ribó reiteró ayer que el aumento que se aplicó este año al IBI se limitó, principalmente, a los negocios con una facturación superior al millón de euros, sus socios socialistas, encabezados por el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, habló ayer de la posibilidad de subir el valor de corte catastral que se aplica si no a los 500.000 euros, sí a los 300.000 «para que no suponga una excesiva pérdida de recaudación». Otra opción es estudiar «la creación de líneas de subvención destinada a los comercios con arraigo histórico», una doble fórmula que ya se ha aplicado en otras ciudades.

El alcalde dejó claro ayer que su postura no ha cambiado. «Nosotros hemos hecho un estudio que refleja que son 1.409 los comercios a los que se aplica el IBI del 1'1%» de un total de más de 32.000», explicó. «Y de esos 1.409 comercios, al menos 1.200 tienen unos ingresos anuales de más de 1 millón de euros anuales. Y ahora pregunto: ¿alguien considera que es un pequeño comercio un ingreso de más de un millón de euros?; Nosotros pensamos que se ha de ayudar al pequeño comercio con políticas específicas, pero pensamos también que quienes hacen un buen negocio tienen que pagar los impuestos correspondientes». El alcalde recordó que es un tipo impositivo en consonancia con otras grandes ciudades de España, como Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao.

Esta modificación, que mantuvo congelado el IBI a las familias y al pequeño comercio, actualizó los pagos del Impuesto de Bienes Inmuebles a los grandes negocios. De esta manera, los comercios con inmuebles de un valor catastral superior a los 250.000 euros han visto aumentar su tipo impositivo de un 0'8% a un 1'1%, mientras que en el resto de negocios (la gran mayoría en la ciudad) se ha mantenido congelado.

Ayer, los concejales socialistas Sandra Gómez y Ramón Vilar se reunieron con la asociación de comerciantes Cecoval para hablar de este asunto y reiteraron su compromiso «absoluto» con el pequeño comercio de la ciudad. Así mismo, explicaron que los socialistas plantearán, entre otras, la posibilidad de subir el valor de corte catastral en unos términos que no suponga una excesiva pérdida de recaudación o estudiar la creación de líneas de subvención destinada a los comercios con arraigo histórico.

«Somos receptivos a las preocupaciones que nos ha trasladado Cecoval, aunque subir el corte a un millón de euros supondría una merma en los ingresos que el Ayuntamiento no puede asumir», explicó Sandra Gómez.

Los números

La postura socialista, según precisó Ramón Vilar, sería tener «un gesto» con los comerciantes «sin perder excesiva recaudación». Si no se puede llegar a los 500.000 euros, como pensó en un principio el concejal de Hacienda, sí se podría subir el listón de 250.000 a 300.000 o 350.000.

Ahora, la disposición del grupo socialista es negociar con los otros socios de gobierno, particularmente con el alcalde Joan Ribó, para alcanzar una «cifra intermedia» y aprobar las ordenanzas fiscales lo antes posible. Sandra Gómez cree que el acuerdo es posible. Lo que no hay en este conflicto es demasiado tiempo, porque la Junta de Gobierno extraordinaria para aprobar las ordenanzas fiscales ha de convocarse el próximo miércoles, ya que de lo contrario no habría tiempo de convocar la Comisión de Hacienda y llevar el expediente al pleno d final de mes.