«Vinieron diciendo que han invertido en apartamentos turísticos en Sitges. Aquí mostraron mucho interés por el estado y las expectativas del barrio, los planes urbanísticos, las inversiones, el comercio de proximidad... y nos dijeron que era un tipo de vivienda que les interesaba mucho por el tipo de clientes, que buscan unas viviendas unifamiliares, en el entorno tranquilo de un barrio histórico, cercano al mar... y la verdad es que, cuando lo explicamos, no entendían cómo, hasta hace bien poco, los planes urbanísticos amenazaban ir por otros derroteros». O sea, por prolongar Blasco Ibáñez. El caso es que ésta fue una de las más espectaculares de las recientes visitas a las oficinas de Plan Cabanyal-Canyamelar. Su gerente, Vicente Gallart, reconocía que el fenómeno de penetración del mercado extranjero parece ser cada vez más evidente. «Tenemos otros datos que lo demuestran. Por ejemplo, en el último trimestre se ha acentuado un fenómeno que se está produciendo en los últimos años. Hasta el 45 por ciento de cambios de titularidad de propiedades las ha llevado a manos extranjeras». Y no sólo en el papel, sino en una realidad «que aún no es muy visible, pero que detectas cada vez más: su presencia en las calles».

El nuevo Cabanyal prosigue su proceso de consolidación y éste pasa tanto por el cambio de titularidad de propiedad de viviendas y su posterior rehabilitación. «Les llamó la atención la campaña de ayudas para la rehabilitación que hubo en agosto, y en el que se acogieron 110 comunidades de propietarios» aseguró Gallart.

La nacionalidad de compradores está siendo muy variada. «Hay belgas, holandeses, italianos, rusos, británicos, franceses... el interés por el barrio lo notamos también en la web. Prácticamente, salvo del centro de África, no hay país desde el que no se haya entrado a consultar».

El perfil del nuevo habitante, permanente o estacional en verano «es bastante bueno. Universitarios, personas entre 50 y 60 años... y afortunadamente está protegido de grandes operaciones inmobiliarias». Gallart concluyó que «la sensaciones son buenas. Lo iremos viendo con el paso del tiempo».