El Ayuntamiento de Valencia contará en los presupuestos del año que viene con 25 millones más que en 2016 derivados de una mejor gestión de los impuestos y la refinanciación de la deuda. Así lo anunció ayer el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, que aseguró que este dinero se destinará prioritariamente a la limpieza y a las ayudas al comercio tradicional, además del siempre prioritario gasto social y el aumento de la plantilla.

Según Vilar, el origen de esos 25 millones extra es el principio de «mayores ingresos sin subir la presión fiscal», que este año no se ha movido respecto al año anterior. Es decir, «mejorando la gestión de los impuestos se ha conseguido recaudar más sin necesidad de subir ningún impuesto y ninguna tasa», explicó.

Concretamente, el concejal de Hacienda prevé aumentar en 7 millones la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que ya se ha subido este año a los establecimientos comerciales con un valor catastral superior a los 250.000 euros y que el año que viene se mantendrá igual.

También entre 6 y 7 millones se mejorarán los ingresos por plusvalías; 1 millón por el Impuestos de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y 1 millón por el Impuesto de Actividades Económicas (IAE).

Finalmente, Vilar cuenta con 2 millones por el nuevo impuesto a las empresas de telefonía móvil. Su previsión es recaudar 7 millones, pero este impuesto está pendiente de la Unión Europea y se ha aplicado «el principio de cautela presupuestaria».

Los diez millones restantes se obtendrán de la refinanciación de parte de la deuda municipal, que seguirá bajando y a finales de este año podría quedarse en los 500 millones de euros, el 75 % del presupuesto municipal.

El destino del dinero

Por lo que se refiere al destino de esos 25 millones, Vilar explicó que hay dos prioridades concretas, que son la limpieza y la protección del comercio tradicional. «Cuando hablamos de limpieza „explicó„ hablamos de limpieza entendida como salubridad urbana integral, es decir, no sólo baldeo y barrido, sino limpieza de alcantarillados, control de plagas, zoonosis, etc.».

Por su parte, habrá un reconocimiento al comercio tradicional y a la hostelería tradicional en forma de subvenciones compensatorias del IBI y de las tasas de sillas y mesas.

Y luego se atenderán los asuntos que siempre son prioritarios, como el gasto social y la función pública (los funcionarios), un apartado que, según Vilar, «hay que dignificar». Concretamente, el concejal de Hacienda habló de recuperar poder adquisitivo tras años de recortes y abordar «un crecimiento muy importante de la plantilla».