La ciudad cuenta desde ayer con dos propuestas de belenes muy diferentes una de la otra, pero igualmente atractivas. A los belenes más populares, como los municipales de la plaza de la Reina y del Salón de Cristal del ayuntamiento, se suman el nacimiento vertical de la parroquia de San Nicolás, y la exposición de 200 belenes recortables de la falla Na Jordana.

El primer de ellos, el de la «capilla sixtina valenciana», se trata de un belén vertical a dos metros y medio de altura, obra del belenista valenciano Pedro Ródenas. Se diferencia de los habituales nacimientos en que está montado de forma vertical, alcanzando en su conjunto un total de tres metros de altura, llegando en su parte más alta a los seis metros.

Según su creador, el belén recrea una diversidad orográfica donde destacan las palmeras, que han sido realizadas «artesanalmente a través de piñas desgranadas». Los materiales utilizados en su elaboración han sido poliespán, espuma de poliuretano, madera, pintura, barro y resina.

Por otro lado, ayer Na Jordana inauguró su exposición « Un Nadal de paper», con 200 nacimientos recortables de la colección de Jaime P. Balado, además de un belén efectuado bajo la dirección de la Asociación Valenciana de Papiroflexia. También se puede ver en su casal una selección de los belenes del TBO y dos propuestas belenísticas realizadas expresamente para la ocasión por el humorista gráfico de Levante-EMV Antonio Ortiz, Ortifus y el ilustrador gráfico Carlos Corredera.