El 1 de diciembre de 1993 se llevó a cabo una reunión en el único edificio de Valencia Patrimonio de la Humanidad. Más de 300 personas en representación de 140 instituciones y entidades públicas y privadas acudimos a la Lonja de la Seda, en respuesta al llamado de Társilo Piles, primer teniente de alcalde y concejal de Proyectos en el primer gobierno de Rita Barberá, del Partido Popular en coalición con Unión Valenciana. El señor Piles invitaba a todos los agentes de la ciudad a la elaboración participativa del Plan Estratégico (PE).

Y el 30 de noviembre de 2016 unas 50 personas, la mayoría vinculadas a la Universitat de València y al Ayuntamiento, nos reunimos en la sede de Adeit, Fundación Universidad-Empresa de la UV (a 200 metros de la Lonja), en respuesta a la invitación de Sandra Gómez, primera teniente de alcalde y concejala de Desarrollo en el gobierno de Joan Ribó, de Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú. La señora Gómez y el vicerrector de Participación y Proyección Territorial, Jorge Hermosilla, anunciaban la apertura de un proceso participativo para elaborar la Estrategia Económica (EE) de la ciudad.

Pero más que casuales coincidencias, lo importante son las causales divergencias entre las convocatorias, más allá de los 23 años que las separan: El brillante inicio y oscuro final de la primera y las limitadas expectativas de la segunda, en sus respectivos contextos local y global con enormes diferencias a nivel económico, social, político y cultural. Aunque se tienen en cuenta los contextos, el presente artículo se centra en los textos; en los relatos que sustentan ambas propuestas, para hacer unas preguntas propositivas sobre las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades que tuvo el PE y puede tener la EE, vistas desde los privilegiados observatorios políticos, técnicos y ciudadanos en los que participo, alguno desde hace más de 40 años:

Como se puede ver en la documentación del PE (en los archivos de la desaparecida ProValencia que han de obrar en el Ayuntamiento), éste se formuló animado por la ola de planes similares en ciudades europeas, redactados a finales los 80 y comienzos de los 90 con visiones comprensivas (incluso totalizantes) y objetivos de competencia interurbes. La EE tiene el objetivo general de la sostenibilidad con criterios de eficiencia energética, mejora en la movilidad y accesibilidad de las personas, la distribución de bienes y servicios, la conectividad y la cohesión social. Pero ¿por qué ha de ser sectorial renunciando a una visión integral del desarrollo urbano cuando hoy, en la segunda década del siglo XXI más que en la última del pasado, la economía es un vector interdependiente con todos los que interactúan en el territorio de que se trate, sea una ciudad, un país o el planeta? ¿Qué coordinación habría con la revisión, en marcha, del Plan General de Ordenación Urbana, y con otros planes sectoriales y territoriales a nivel de vertidos, paisaje o I+D+I con el horizonte 2030?

El PE tuvo un complejo organigrama ejecutivo y siete comisiones de diagnóstico en las que trabajamos, de forma gratuita, medio centenar de técnicos/as durante el primer semestre de 1994, con la asesoría de José María Pascual, de Tubsa (Tecnología Urbanas de Barcelona), la empresa liderada por Jordi Borja, responsable del PE de la capital catalana. A raíz de un artículo publicado el 23 de julio, titulado El Plan Estratégico de Valencia. La hora de la verdad, fui llamado a participar en una de las comisiones de objetivos.

El PE se presentó antes de las elecciones de mayo de 1995, en las cuales el PP sacó el 53 % de los votos. Pero después de la traca, fue archivado y no hubo oportunidad de confirmar las contradicciones entre el planeamiento estratégico y el urbanístico que plantea Juan Luis Piñón en el primer capítulo de La Valencia marítima de 2000. Pues, además de conocer los documentos y la contabilidad del PE (con, por ejemplo, qué pagos figuran a quienes trabajamos en las fases III y IV), y antes de un precipitado arranque de la EE, cabe realizar unas jornadas interdisciplinares que se podrían titular como este artículo.