La inyección de 5,5 millones de euros en el presupuesto de 2017 para la limpieza y recogida de basura, que en conjunto sube un 9,5%, permitirá reforzar estos servicios los domingos y festivos y atajar así las quejas vecinales por la suciedad generada por la práctica del botellón. Así lo explicó ayer el alcalde, Joan Ribó, en una rueda de prensa conjunta con la concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, para desglosar las mejoras en limpieza y recogida de residuos previstas para 2017. La mejora en los servicios de limpieza y de recogida de residuos, cuyo presupuesto aumenta en conjunto un 9,3%, se aplicará «en todos los barrios» en domingos y festivos, subrayó el alcalde.

El presupuesto para limpieza en 2016 creció un 4,4% respecto al año anterior y contó con 2,5 millones de euros más. Como se ha publicado, para 2017 el presupuesto volverá a aumentar en 5,56 millones. El servicio de limpieza pasará de 31 a 36,27 millones y el de recogida de residuos de 26,98 a 27,96 millones. De este modo, el Govern de la Nau intenta corregir las malas cifras sobre el gasto medio per capita en limpieza que en Valencia se sitúa entre los más bajos, con 34 euros por habitante, frente a la media nacional de 52 euros por habitante.

El próximo año se incrementará la limpieza fundamentalmente por las tardes, los domingos y festivos, según explicó Soriano. Ello obedece, en gran parte, a dar una «mejor respuesta» a la ciudad tras el ocio de los sábados y los días previos a los festivos. Los domingos se aumentará un 122% la limpieza manual y un 40% la mecánica; la recogida de residuos urbanos se incrementará esos días un 35% y un 83% el baldeo a presión.

También se reforzará la limpieza en fechas señaladas como en las Fallas o para la campaña de playas, que para el próximo año se realizará desde Semana Santa hasta octubre „anteriormente se desarrollaba desde el 15 de junio al 15 de septiembre„.

Soriano explicó que su delegación quiere extender la recogida de residuos orgánicos a toda la ciudad en 2018 y que se están empezando a plantear recoger «puerta a puerta» la materia orgánica en los barrios en los que existe acumulación de restaurantes, como el Carmen.