El Mercat Central seguirá llevando la autogestión del recinto después que los vendedores apoyaran por amplia mayoría, y tras una participación bastante amplia, el acuerdo de la junta directiva por el que la concesión pasaba del ciclo de diez años a una concesión transitoria de un año, prorrogable a otros dos más, mientras la Asociación de Vendedores y el ayuntamiento encajan un modelo acorde con la nueva legislación.

El actual contrato, renovable anualmente, tiene una carencia de tres años, pues la ley no permite ya la autogestión de los espacios públicos. A partir de ese momento, se abren cuatro escenarios posibles. Este es el modelo que había venido funcionando los últimos 30 años, pero que ahora tiene que readaptarse y encontrar un nuevo tipo de gestión, para el que se barajan diferentes posibilidades.

La primera opción pasa porque la concejalía de Comercio se haga cargo de la gestión directa, la segunda porque se redacte un contrato público y que una empresa externa se haga cargo. La tercera, acogerse a un contrato demanial que es una concesión administrativa para la explotación de instalaciones públicas, y la cuarta que la gestión sea pública a través de una empresa como ocurre en el Mercado de Colón.

El contrato demanial es la situación más parecida a la actual, con un reparto de obligaciones entre ayuntamiento y mercado, una solución mixta.

El respaldo ampliamente mayoritario al «si» permite a todas las partes evitarse un verdadero conflicto, puesto que, en caso de haberse rechazado, el ayuntamiento tendría que haber recuperado la gestión de forma inmediata. Se habrían extinguido los empleos actuales y habrían tenido que entrar empleados municipales para iniciar todas las gestiones, desde la vigilancia y la limpieza hasta idear iniciativas paralelas a la actividad comercial. La prórroga podrá interrumpirse en cualquier momento, cuando ambas partes acuerden, de la forma más consensuada posible, el nuevo marco.