Medusas invertidas que viven en simbiosis con un alga, ortigas del Pacífico, tropicales, azules y en forma de huevo frito forman parte de las 18 especies de medusas que muestra desde ayer L'Oceanogràfic de València en la exposición más grande de Europa.

En 16 acuarios o tanques, el parque acuático exhibe más de mil ejemplares para acercar estos animales a los visitantes y enseñarles que no todos son urticantes. «Medusas como jamás se habían visto» está acompañada de viñetas explicativas que sustituyen a los típicos paneles, para explicar algunas características de estos animales, así como de una parte dedicada a concienciar sobre la conservación de los océanos. Los ilustradores Sergio Bleda, Paco Roca y Rafa Fonteriz colaboran en esta iniciativa.

Hay 18 especies exhibidas y 21 más en cultivo, según explicó su responsable, Xuan Domínguez, en el acto de presentación. Tienen una esperanza de vida de 6 meses a 4 o 6 años, según la especie; viven a unas temperaturas de 22 o 23 grados, y su alimentación va desde la fotosíntesis hasta la ingesta de otras medusas o pequeños crustáceos.

Algunas medusas no necesitan comer gracias a la obtención de nutrientes a través de la fotosíntesis que realizan unas bacterias que viven en simbiosis con ellas, y otras viven al revés y nadan pegadas al fondo marino.

En fase de crecimiento en las instalaciones se encuentra la medusa inmortal, llamada así por su habilidad para volver a ser pólipo ante el estrés, y volver al estadio inicial de vida.

También se puede ver la medusa común, que se está utilizando en ensayos clínicos para la regeneración de la piel en quemados gracias al colágeno; la «huevo frito», por su parecido en color y forma; la medusa de laguna punteada, o la ortiga de mar.