El Ayuntamiento de València , a través de la concejalía de Comercio, ha establecido este año un baremo de méritos para poder optar a una de las 107 paradas que se permiten montar en verano en el paseo marítimos del Cabanyal y la Malva-rosa. Sin embargo, un portavoz de la mayoría de las paradas, Juan García Olivares, denunció ayer que la medida supone que un gran número de puestos históricos no podrán repetir y asegura que el consistorio «nos ha echado como si fuéramos basura», aunque el plazo para presentar las propuestas acaba hoy mismo.

Según García Olivares no se entiende que a los vendedores que llevan más de 20 años con sus puestos durante los cuatro meses de verano «se les pida ahora una serie de requisitos como si toda nuestra experiencia no sirviera de nada». «Es indignante que no respeten a las familias que vivimos de eso, más de cien. No nos quieren recibir, y encima el año pasado nos obligaron a estar a saldar todas las deudas con el ayuntamiento para este año echarnos», aseguró el portavoz.

El Ayuntamiento de València explicó ayer que el año pasado bajó la tasa de 400 a 38 euros (que es lo que exige la ley de Costas por usar el espacio) y que se estableció una normativa para que se vendiera exactamente los productos para los que se autoriza a las distintas paradas.

Este año se ha establecido un baremo en el se suman puntos si se demuestra la experiencia en el ejercicio de la profesión, si se está en disposición del Documento de Cualificación Artesana, si los vendedores tiene algún distintivo de calidad reconocido en el ámbito del comercio o si se demuestra al asistencia a cursos relacionados con la actividad comercial. Muchos de los denunciantes no cuenta con estas certificaciones.