El concejal del grupo popular Alfonso Novo lamentó ayer «que los vecinos de Beteró vayan a perder la mitad de la zona ajardinada por el traslado del rastro al barrio» -a la parcela municipal situada en la Avenida Tarongers y la calle Luis Peixó-. Novo defendió en la Comisión de Desarrollo Urbano la paralización del proyecto, pero su iniciativa fue, según indicaron, « rechazada por el tripartito».

Según Novo, el alcalde, Joan Ribó, «se ha gastado más de 14.000 euros en la redacción de un proyecto técnico para trasladar el mercado del rastro a una parcela frente al Tanatorio, sin reunirse, hablar y consultar con los vecinos y comerciantes de los barrios de Beteró y Cabanyal».

El edil señaló que sobre la parcela de propiedad municipal, que ocupa una superficie de casi 14.000 m2 y prevista en el PGOU como zona verde para la construcción de un jardín, «se va a ocupar la mitad de la superficie en la instalación permanente del Rastro».