El alcalde de València, Joan Ribó, mostró ayer su intención de introducir «limitaciones» en las actividades que se puedan desarrollar en Cabanyal-Canyamelar para evitar, a partir de su rehabilitación y revitalización, la proliferación de negocios vinculados al ocio que lleven a convertir este barrio en «una zona lúdica». Así, reiteraba su voluntad de trabajar para que sea un «barrio normal».

Ribó señaló que el Cabanyal-Canyamelar se encuentra en «una zona privilegiada» de la ciudad, «al lado de dos campus universitarios» y en un enclave «con una potencialidad impresionante por estar al lado del mar».

«El miedo que nos da es que sea un lugar muy apetecible para fondos de inversión y para instalar bares a gogó, como ha ocurrido en otros lugares. Por eso vamos a introducir una serie de limitaciones», manifestaba el responsable municipal. «No queremos que pase lo que pasó hace unos años en Russafa y lo que ha ido pasando en determinadas zonas, que se convierta solo en una zona lúdica», precisa.

Joan Ribó señala que su idea es «equilibrar» las actividades que se desarrollen en el Cabanyal con su desarrollo y día a día para garantizar que sea «un barrio normal».

Él reconoce que la tarea «no es fácil» pero valora el trabajo que se desarrolla en este sentido y confía en conseguir el objetivo. «Queremos equilibrar pero tampoco podemos impedir determinadas actuaciones e inversores de gente que sabemos que está comprando. En parte es perfectamente entendible. Queremos equilibrar todos estos temas y, a la vez, arreglar todo el problema social. No es fácil pero estamos trabajando seriamente en ello y lo vamos a conseguir», asevera el alcalde.

Ribó se refirió también a las protestas de vecinos del Cabanyal-Canyamelar que exigen un plan de intervención urgente que garantice la recuperación social, económica y patrimonial de esta zona y reclaman, además de actuaciones urbanísticas intervenciones para acabar con actividades ilegales como las chatarrerías o problemas como la droga.

Asimismo, el primer edil reiteró que «los vecinos tienen que quejarse» y estima «muy importante» que planteen sus reivindicaciones «porque una ciudadanía dormida lo que hace es dormir a los ayuntamientos», y eso no es lo que se pretende.